¿Jesús o Barrabás?

lunes, 8 de diciembre de 2014

«Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo? ...pero todos a una respondieron: ¡Suéltanos a Barrabás y crucifica al otro!» Mt 27:17,21-22


Me pregunto: "Si los hijos de luz prefirieron al ladrón en lugar de al Señor, ¿cuántas más injusticias serán en los que andan en las mismas tinieblas?".

Han pasado dos mil años y aun hoy muchas personas se preguntan: ¿Cómo pudieron elegir al ladrón y malhechor, y pedir que crucificaran a Jesús? Sin embargo, aunque parezca contradictorio, por causa de la dureza de su corazón, la humanidad sigue dejando libre al ladrón y enviando al Cristo de la gloria a la cruz.

El mundo se anega cada día más y más en su pecado, se envanece en sus deseos y razonamientos egoístas, pese a haber recibido hace dos mil años la amorosa visita de un Salvador:

    «Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.» Jn 1.9

Durante ese tiempo, La Iglesia de Cristo ha llevado el Mensaje Salvador a todas las personas sin distinción, por todo el planeta. Pero, aunque la tecnología de hoy permite llegar a multitudes con más facilidad por medio de satélites, internet, radio y televisión, una gran parte de los seres humanos no parece despertar interés por las cosas del reino de Dios.

Si bien cada día aumentan los que se salvan, muchos más son los que se pierden por rechazar y despreciar la oferta gratuita de Cristo.

¡Qué contrariedad!

Cuando el conocimiento ha aumentado tanto en las personas, y hoy es fácil hacer clic en el buscador para encontrar la respuesta a todo, uno se pregunta: ¿cómo personas tan cultas e inteligentes, incluso en biblia, pueden optar vivir según sus razonamientos y distanciarse de los preceptos del Señor? Pero la respuesta la encontramos en La Palabra misma:

    «Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios,...» Ro 1.21-22

La Palabra dice que "la letra mata" (2 Co 3.6) y el conocimiento envanece (1 Co 8.1); no obstante, debemos buscar el conocimiento de Dios, ya que sin Él el Pueblo perece; pues El Señor se agrada del que busca conocimiento de Él.

La vida de piedad exige esfuerzo y sacrificio, es sin duda, el principal motivo por el cual el evangelio se anunció a los pobres (Lucas 7.22); pues la mayoría de ricos están habituados y acomodados a su estilo de vida que les brinda comodidad y placer, y no desean cambiarlo por uno piadoso y de sacrificios.

Es por ello que debemos estar atentos y velad, porque el enemigo de nuestras almas bombardea nuestros sentidos con toda clase de ofertas y distracciones, para que ocupándonos de ellas, divaguemos y busquemos menos del Señor, o quizá debería decir: Que no busquemos del Señor, y así vivamos distraídos y ocupados en las vanidades de este siglo.

    «Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen.

    Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.

    Antes bien, como está escrito:
    Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
    Ni han subido en corazón de hombre,
    Son las que Dios ha preparado para los que le aman.

    Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.» 1 Co 2.6-10

Barrabás fue liberado injustamente y Cristo condenado injustamente. No hagamos lo mismo, y busquemos la justicia de Dios; no nos acomodemos a las tendencias, preceptos e injusticias de este mundo, llamando a lo bueno malo y a lo malo bueno, y caigamos en la misma trampa mortal de los aquí ejemplificados.

¡Que Dios te bendiga!

La prioridad de Dios va más allá de lo que imaginamos.

sábado, 29 de noviembre de 2014

Si bien los bienes terrenos son útiles, no son la prioridad de Dios para ti. Si eres rico está bien, disfruta las bendiciones que Él te da, pero recuerda, la prioridad de Dios eres tú, tu persona, tu ser... ¡tu salvación! Todo lo demás es... ¡música de fondo!

El Plan de Dios en la cruz fue por ti y por mi. Todo el sufrimiento, vergüenza y humillación que Cristo padeció hasta la muerte en esa espantosa cruz fue, no para que te compres el auto nuevo que presumes, propiedades, lujos, etc, y vivas como rey aquí en la tierra mientras otros mueren de hambre en el mundo; no, las prioridades de Dios son mucho más elevadas que las nuestras.

    «Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.» Is 55.8

Todo lo que para nosotros aquí tiene valor, para Él no lo tiene. Lo eterno es para Él más importante que lo pasajero. Tu salvación es lo verdaderamente importante, haz lo que puedas hacer fruto de tu trabajo, de tu esfuerzo, pero no olvides lo verdaderamente importante en la vida. (Mateo 16:26).

Te comparto una lectura recomendada:
Reflexiones para la vida, aprendidas del reino de Dios en frases

    Uno de entre la multitud le pidió:

    —Maestro, dile a mi hermano que comparta la herencia conmigo.

    —Hombre —replicó Jesús—, ¿quién me nombró a mí juez o árbitro entre ustedes?

    »¡Tengan cuidado! —advirtió a la gente—. Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes.

    Entonces les contó esta parábola:

    —El terreno de un hombre rico le produjo una buena cosecha. Así que se puso a pensar: “¿Qué voy a hacer? No tengo dónde almacenar mi cosecha.” Por fin dijo: “Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes, donde pueda almacenar todo mi grano y mis bienes. Y diré: Alma mía, ya tienes bastantes cosas buenas guardadas para muchos años. Descansa, come, bebe y goza de la vida.” Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te van a reclamar la vida. ¿Y quién se quedará con lo que has acumulado?”

    »Así le sucede al que acumula riquezas para sí mismo, en vez de ser rico delante de Dios. —Cristo. (Lucas 12:13-21).

Que Dios te bendiga.

Cada uno de su buena voluntad

lunes, 10 de noviembre de 2014

«Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.» Romanos 5.8.

Un spot publicitario relacionado al acoso y maltrato sexual contra la mujer dice así:

"A LA FUERZA ¡NADA!"

Y, aunque me pareció un tanto gracioso y feminista, he llegado a la conclusión que eso también aplica a los seguidores de Cristo.

La Iglesia, en su afán por cumplir con el Gran Mandamiento encomendado por nuestro Señor (como debe ser), de ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura, a menudo comete errores, sí, uno de ellos al tratar de presionar a las personas para que acepten a Cristo como su Señor y Salvador Personal, cuando en realidad las personas no desean hacerlo, posiblemente porque no sea su tiempo.

Al insistir, les presionamos; y esto viene a ser un error frecuente en el trabajo evangelizador. La Biblia dice que todo tiene su tiempo, y que nadie debe venir a Jesús a la fuerza, presionado o por obligación, sino por amor.

Hay personas que asisten a la iglesia en busca de una respuesta a la necesidad de su alma, otras por cortesía, otras por curiosidad, y otras, porque simplemente quieren quitarse de encima al servidor de la iglesia que por mucho tiempo les ha invitado y no deja de insistir, y francamente, ya se sienten hartas e incómodas, y no encuentran la manera amable de decirles "no gracias", por eso llegan.

Conozco Iglesias que, mientras el pastor hace el llamado, los servidores están instruidos para acercarse a los invitados y preguntarles si desean aceptar a Cristo; y eso, aunque está bien, en ocasiones éstos insisten tanto que llegan a incomodar a los invitados; quienes una vez terminado el servicio no desean regresar, y con justa razón.

Si bien es cierto que todas las personas deberían recibir a Cristo como Su Señor y Salvador Personal cuando se les invita a hacerlo, no debemos olvidar que todo lo que Dios hace lo hace por amor, y nos bendice a diario con ellas abundantemente y sin reproche. Pues esa es Su Naturaleza, Su Esencia: AMOR; y nos lo demostró en la cruz.

Por eso Él no quiere seguidores a la fuerza, ni por obligación, ni por interés. Si no es por amor, mejor nada. Así lo dijo:

«Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.» Lc 9.23

Pero nótese cómo dijo: «Si alguno quiere venir»; como diciendo: "por cuanto mi camino no es camino de fiestas ni de rosas no estoy obligando a nadie; cada uno es libre de tomar su propia decisión. Pero si alguien se decide, sepa que con cada paso deberá estar dispuesto a sufrir."

El Señor dejó muy en claro que, seguirlo requiere constante negación y sacrificio. No obstante, todos los seres humanos estamos en igualdad de oportunidad para tomar esa decisión, nadie puede argumentar desventaja.

Y, aunque esa no parece una oferta muy atractiva, sino una invitación a sufrir (algo muy contrario a lo que toda persona desea), es la carrera más noble que jamás una persona puede tomar en la vida; porque, aunque difícil, es la que más satisfacciones trae al alma de una persona que ama a Jesús; y tiene promesa para esta vida y la otra.

El principio explicado anteriormente también se aplica a la generosidad. La Palabra nos dice que, Dios se complace y bendice a quienes dan con alegría de corazón, no murmurando ni por obligación o necesidad (2 Co 9.7); sinceramente creo que es bueno saberlo, porque si no te gozas al dar, sólo sentirás tristeza. Dar murmurando, eso no agrada a nadie, y menos al Señor.

Por eso, cuando de seguir y servir al Señor se trata, El Señor no obliga a nadie; ni desea que lo sigan a la fuerza porque Él es un Dios de amor. Él no da murmurando; nos muestra Su Amor a todos cada día y sin reproche (Stg 1.5). Dio Su vida en favor nuestro por amor, sin vacilaciones ni cuestionamientos.

Desde mi experiencia personal puedo decir con toda franqueza, que es un camino de luchas y pruebas, uno en que nuestras pasiones y deseos se ven desafiados constantemente por las tentaciones y tropiezos de este mundo; pero también, es un camino muy hermoso, porque El Señor mismo siempre está a nuestro lado para ayudarnos en cada dificultad, sólo tenemos que tener una sincera disposición de fidelidad a Él.

El Señor premia el esfuerzo de Sus Hijos, y les puedo decir: se cosechan muchas bendiciones.

Cristo, aunque no lo decía abiertamente cuando hacía el llamado, porque no deseaba que la decisión de los hombres se basara únicamente en el interés o bienestar terreno (Mt 8.18-22), también dio a entender que, tras la perseverancia de Sus Fieles habrían gloriosas recompensas, de las cuales encontramos a lo largo de todas Las Escrituras.

Sigamos, pues, sin desmayar, porque El Señor es fiel a Su Palabra, y dijo que siempre estaría a nuestro lado, aún, hasta el fin del mundo:

«Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.

Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.» Mateo 28.18-20.

Que Dios te bendiga.

Junto a millones de ángeles.

viernes, 3 de octubre de 2014

Cuando alabe y adore al Señor, sea orando o cantando, hágalo con todo su corazón y reverencia; pues en ese preciso instante, su voz se está uniendo a una gran multitud de ángeles que lo adoran día y noche sin descansar ante Su presencia.

Lea este pasaje bíblico y medítelo:

«En cambio, ustedes han llegado al monte Sión, a la ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén celestial, y a incontables miles de ángeles que se han reunido llenos de gozo.» Hebreos 12.22.

Así que ya sabe. Al orar y adorar, La Iglesia se une a los ángeles que adoran a Dios en el cielo, los cuales son miles y millones.

Léalo en contexto aquí:

→ Ustedes no se han acercado a una montaña que se pueda tocar, a un lugar que arde en llamas, un lugar de oscuridad y tinieblas, rodeado por un torbellino, como les sucedió a los israelitas cuando llegaron al monte Sinaí.

Ellos oyeron un imponente toque de trompeta y una voz tan temible que le suplicaron a Dios que dejara de hablar.

Retrocedieron tambaleándose bajo el mandato de Dios: «Si tan sólo un animal toca la montaña, deberá morir apedreado».

Incluso Moisés se asustó tanto de lo que vio, que dijo: «Estoy temblando de miedo».

→ En cambio, ustedes han llegado al monte Sión, a la ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén celestial, y a incontables miles de ángeles que se han reunido llenos de gozo.

Ustedes han llegado a la congregación de los primogénitos de Dios, cuyos nombres están escritos en el cielo. Ustedes han llegado a Dios mismo, quien es el juez sobre todas las cosas. Ustedes han llegado a los espíritus de los justos, que están en el cielo y que ya han sido perfeccionados.

Ustedes han llegado a Jesús, el mediador del nuevo pacto entre Dios y la gente, y también a la sangre rociada, que habla de perdón en lugar de clamar por venganza como la sangre de Abel.

Hebreos 12:18-24.

Dios le bendiga.

Bienvenidos al cielo hijos míos.

jueves, 25 de septiembre de 2014

¿Qué estás haciendo en este momento? ¿Lo que haces honra a tu Señor o lo deshonra?

Imagina que hoy vino El Señor por Su Iglesia y te fuiste con Él y escuchas una voz como de trueno que te dice:

¡Bienvenido ante Mi Presencia hijo mío!

Estás ante el Tribunal de Cristo, donde será revelado cada detalle de tu vida en la tierra; y aun lo más secreto de tu corazón se leerá en público; todo aquello que hiciste y por lo que no pediste perdón en la tierra saldrá a luz ante millones y millones presentes.

¿Cómo te sientes? ¿Verdad que no te lo esperabas?

¡Así será el día cuando Él venga! Vendrá como ladrón en la noche, cuando nadie lo espera, y muchos estarán desapercibidos.

Santifícate para Dios cada día, vive cada instante de tu vida como si fuera a venir hoy. Vive como si hoy fuera tu último día, porque nadie conoce el día ni la hora. Y los acontecimientos en el mundo auguran el pronto regreso de nuestro Señor por Su Pueblo.

Pero si te quedas, no habrá retroceso; te habrás perdido el acontecimiento más importante de La Iglesia esperado por milenios.

¡Lo habrás perdido todo!

«Porque así como el relámpago que sale del oriente se ve hasta en el occidente, así será la venida del Hijo del hombre.» Mateo 24.27

Y todos los días, en el templo y por las casas...

viernes, 8 de agosto de 2014

«Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo.» Hechos 5.42.
La iglesia del primer siglo fue activa en la enseñanza y predicación del evangelio TODOS LOS DÍAS, tanto en LAS CASAS como en EL TEMPLO.

En "las casas", porque era el mejor y más seguro lugar para compartir el mensaje de salvación a parientes y amigos, y también para confraternizar y edificarse entre hermanos; en "el templo", porque era un lugar de gran concentración de personas. Estratégicamente era el mejor lugar.

Nótese que lo hacían "todos los días". Ese es, sin duda, uno de los puntos más importantes descuidados en estos tiempos.

El problema de hoy, es que nos hemos acostumbrado a hacerlo una o dos veces por semana (en el mejor de los casos). Pero, es importante mantenernos ocupados en la predicación y enseñanza de La Palabra de Dios todo el tiempo que sea posible, es decir, hacer de la predicación un hábito diario.

Eso, es lo que da vida a la Iglesia, mantenerse ocupada en la tarea que le ha sido encomendada, entre tanto que su Señor tarda en volver.

No desmayemos, pues, de hacerlo, y la llama del Espíritu se avivará en nuestro ser. Amén.

Dios te bendiga.

Un arma poderosa, pero poco usada por el Pueblo del Señor.

jueves, 31 de julio de 2014

La oración, es el canal más poderoso y efectivo en el caminar del cristiano, y no se diga si se acompaña de ayuno; pero a la vez, es sin duda, el menos practicado entre el pueblo de Dios en este tiempo.

Los conciertos están muy de moda, y los paseos también; y no que sea malo recrearnos en actividades para tener relajación, y asistir a un concierto para cantarle al Señor. Pero es también importante tener espacios de oración a solas, en los cuales podamos doblar nuestra rodilla.

Todo es bueno, pero suele suceder que, en la vida espiritual, las mejores cosas, son las menos apreciadas; porque el enemigo está presto para distraernos.

Es urgente volver a la práctica de la oración como lo fue en La Iglesia en sus inicios, comenzando en casa con nuestros hijos. Amén.


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Lo verdaderamente importante del evangelio.

miércoles, 30 de julio de 2014

Aunque adquirir el mayor conocimiento de Dios y de su entorno es importante (y debemos esforzarnos en ello); no obstante, "hacer Su voluntad" lo es más. Esto lo dejó claro El Maestro en la siguiente narración:

    «Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca. Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa, y ésta se derrumbó, y grande fue su ruina.» Mateo 7.24-27.

Así que, no se frustre si por alguna razón no logra obtener todo el conocimiento teológico del mundo; más bien, debemos esforzarnos por hacer Su voluntad y agradarlo a Él en todo tiempo.

Que Dios le bendiga.

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Es necesario nacer de nuevo.

sábado, 26 de julio de 2014

Así como estar en la cocina no nos convierte en chef, ni en vehículo estar en la cochera; así tampoco nos convierte en Hijos de Dios tener una biblia, asistir a la iglesia o ser parientes del Ministro.

Necesitamos algo más, necesitamos la misericordia de Dios en nuestra vida para que nuestro corazón sea cambiado, y poder así, entrar en el reino de Dios.

Esa misericordia se manifiesta por el nuevo nacimiento; esa obra regeneradora de Dios por medio del Espíritu Santo. El Maestro dijo que
es "indispensable" nacer de nuevo:

«—De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios —dijo Jesús.» Juan 3.3

Necesitamos nacer de arriba, nacer de Dios para que nuestro corazón sea cambiado. Necesitamos a Jesucristo en nosotros. El siguiente pasaje bíblico nos ayudará a comprender mejor esta verdad:

«Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios. Éstos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de Dios.» Juan 1.12-13.

Necesitamos la ayuda de Dios para ese cambio.

Su oferta de amor lleva casi dos mil años extendiendo Su mano en favor nuestro, y Su mano aún no se ha retraído

Él ya fue despreciado por nosotros en el calvario, no lo despreciemos también nosotros y quiere ayudarnos.

¡Que Dios te bendiga!

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¿Problemas para orar?

jueves, 12 de junio de 2014

¿Le ha pasado alguna vez que, al intentar orar no encuentra qué decirle a Dios? No se preocupe, a la mayoría nos ha pasado.

He aquí un consejo práctico:

Comience únicamente por darle las GRACIAS, alabándolo, adorándolo, exaltando Su Grandeza y Majestad; dígale lo hermoso que es, lo bueno que ha sido con usted al concederle la vida, la salvación, por enviar a Su Hijo Jesucristo. Sólo dé las gracias por todo, por ejemplo puede decirle así:

«Gracias Señor por la vida, por hacer funcionar mis pulmones, y con ello permitirme respirar Tu aire (recuerde que Él es el Dueño de todo cuanto existe en el mundo y el universo, Lv 25.23);

Gracias Señor por este hermoso día que me permites ver Tu luz, Tu sol;

Gracias por permitirme habitar este hermoso planeta que Has creado para que vivamos en él, con sus colores, flores y paisajes, con sus nubes y su sol; su luna y sus estrellas; con su cielo hermoso;

Gracias Señor, por enviarnos la lluvia a tiempo, con lo cual nos garantizas el sustento diario; y por ser tan bueno aún con los malvados y desagradecidos, pues ellos también disfrutan de tus muchas bondades».


Al hacer así, verá cómo poco a poco irá conectándose. De pronto usted se encontrará orando intensamente, conectado en una oración tan hermosa que no querrá terminar, y se dará cuenta cómo el tiempo pasa volando y que su alma será ministrada y bendecida. Recibirá nuevas fuerzas elevándose hasta lo más alto, de tal forma, que aún su problema más grande lo verá chico, porque su fe se agrandará.

Uno de los mayores problemas de los cristianos de hoy en día, es que se han acostumbrado solo a pedir y a pedir, pero no a dar y bendecir; y sus oraciones están llenas de "dame, dame y dame", Señor necesito esto, esto y esto otro; y han olvidado cuál debe ser el centro de toda oración: La alabanza y la adoración.

Si bien al Señor le agrada que le pidamos, más se complace en ser adorado; Él desea que Su Pueblo le alabe, que le adore, que lo exalte.

Cristo lo enseñó así en su oración modelo desde el inicio:

«Ustedes deben orar así:
Padre nuestro que estás en el cielo,
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE,...» Mateo 6.9.


El Señor es El Rey y Dueño de todo, por eso merece ser adorado y exaltado; pues escrito está:

«La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra es mía y ustedes no son aquí más que forasteros y huéspedes.» Levítico 25.23.

Espero que este sencillo consejo haya sido de bendición para su vida.

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4 sencillos consejos para vencer la tentación.

jueves, 5 de junio de 2014

Los creyentes no estamos exentos de tentaciones, más bien estamos expuestos a ellas; pero La Palabra de Dios nos dice qué hacer y cómo vencerlas como Hijos de Dios.

Algunas claves:

1. Huir de ellas, nunca enfrentarlas (Gn 39.12),
2. No proveer para los deseos pecaminosos (Ro 13.14),
3. Orar siempre (Mt 26.41),
4. Ocuparse en las cosas que Él nos señaló (Ef 2.10). En este punto podríamos entender: Congregarse, leer la Biblia, orar, practicar la piedad, etc.

«12 Por lo tanto, si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no caer. Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir.» 1 Co 10.12-13.

Bendiciones amigos.

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Sacando provecho de la crítica.

lunes, 26 de mayo de 2014

Siendo que no podemos evitar la crítica, podemos aprender de ella evaluando aquellas áreas que merezcan ser corregidas para ser mejoradas.

Nunca debemos renunciar a nuestras metas e ideales; porque, si bien enfrentaremos oposiciones en la vida, también encontraremos personas dispuestas a brindanos su apoyo incondicional; esas personas son las que Dios va poniendo en nuestro camino, y debemos agradecer por ello.

Pero por sobre todas las cosas, debemos esforzarnos por amar a Dios y agradarle en todo cuanto nos sea posible, ese debe ser nuestro ideal máximo. Lo demás, como dijo alguien, es música de fondo.

«El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.» Eclesiastés 12.13-14.

Así que, ¡ánimo y adelante!

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¿Puede alguien ser salvo por sólo repetir 'una simple oración'?

martes, 13 de mayo de 2014

Una mujer, desde su lecho de muerte en un hospital, hacía de señas a un predicador que estaba de visita junto a la cama de otro paciente, al acercarse, ella le dijo:

—Pastor, sé que voy a morir pronto y tengo miedo a la muerte, no sé qué hay más allá ¿puede usted ayudarme?

—Por supuesto, —le contestó el predicador. Si usted no ha tenido un encuentro con El Señor Jesucristo irá al infierno, pero eso aún puede cambiar si hace lo que yo le digo.

—¿Y qué tengo que hacer? —replicó la mujer.

—Haga su confesión de fe y reciba a Jesucristo en su corazón como su Señor y Salvador Personal, es todo; así, Dios le perdonará y no irá al infierno —contestó el predicador.

—¿Y cómo se hace eso? —preguntó ella—. No se preocupe, incline su cabeza, cierre sus ojos y repita esta oración conmigo —dijo él:

—Amado Dios, sé que soy pecadora y que enviaste a tu Hijo Jesucristo a morir en la cruz por mis pecados, me arrepiento de todo corazón; perdona mis pecados y sálvame, no quiero ir al infierno. Abro la puerta de mi corazón para que Tu Hijo viva en mí y me hagas una nueva criatura. Entra en mi corazón y hazme tu hija, creo en Ti, en el Nombre de Jesús, amén.

Cuando el predicador abrió los ojos, la mujer estaba como hipnotizada mirándole con los ojos bien abiertos. Inmediatamente preguntó:

—¿Eso es todo lo que tengo que decir para no ir al infierno?

—Eso es todo, —replicó el pastor.

Aquella mujer estaba asombrada con ojos de incredulidad, porque no podía creer cómo algo tan importante como cambiar el destino eterno de una persona podría decidirse así con una 'simple oración', pues ella estaba acostumbrada a que se debe hacer sacrificios para merecer el perdón de Dios; por lo que en seguida gesticuló negativamente:

—¡Yo no creo que por sólo repetir esa 'simple oración' alguien no vaya a ir al infierno! Simplemente no lo creo.

Aquel predicador quedó asombrado por la afirmación de aquella mujer en su lecho de muerte; nunca alguien que hiciese esa oración le había dicho cosa semejante, no así tan directo; quedó pensativo por un momento. Luego, la miró fijamente y le dijo:

—Tiene usted razón, nadie se salva por sólo repetir una simple oración. Para que una persona verdaderamente sea salva, tiene que hacerlo con fe y de todo su corazón, no con simpleza ni porque alguien le obligue a hacerlo.

Amigo, la salvación es gratuita, es por fe para todo el que cree; pero alguien tuvo que pagar por ella, esa persona se llama JESUCRISTO. Y, a menos que le recibas en tu corazón con fe, ninguna simple oración podrá salvarte.

Si aún no has entregado tu vida Al Señor, hazlo pronto. Recuerda que no está en lo que dices a la ligera, sino, en hacerlo de todo tu corazón, en hacerlo con fe. Dios siempre está atento a escuchar la oración del pecador que lo hace con fe, con sinceridad de corazón.

Pídele perdón al Señor con todo tu corazón. Si deseas puedes repetir la oración escrita anteriormente, pero debe hacerse con fe. Si así lo hicieres, El Espíritu Santo morará en tí, y en adelante Él te ayudará; pero debes buscar ayuda en una Iglesia donde se predique al Señor Jesucristo.

«Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.» Jn 6.37

¡Que Dios te bendiga!
Nota: La imagen es ilustrativa.

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Cuidado con el dinero.

jueves, 8 de mayo de 2014

«Mi reino no es de este mundo…» Jesús. Juan 18:36.

¡Cuidado hermanos! ciertamente el dinero es importante y necesario, pero no más de lo debido.

En el mensaje del evangelio que nuestro Señor Jesucristo comisionó, el dinero no es el centro de atención, ni atracción principal que el oyente deba procurar; sino, el amor a Dios, a Sus mandamientos, a adorarlo a Él y a amar a nuestros semejantes, renunciando a las codicias de este mundo. El dinero ocupa el último lugar.

Internet está plagado de doctrinas cuya inspiración principal es el amor al dinero, con mensajes de "motivación" que incitan a la gente a hacerse ricos y a la prosperidad material principalmente. Ser pobres materialmente no es significado que Dios no esté contigo. Cristo fue pobre, y sin embargo era el dueño de todo.

Es necesario dedicar más tiempo a la lectura de la Biblia y a la oración, y permitirle al Espíritu Santo nos guíe para no caer en las trampas de los engañadores.

Porque...

«Los que quieren enriquecerse caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos. Estos afanes insensatos y dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción.» 1 Ti 6.9.

El Señor te bendiga.


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Cómo abrir una cuenta de ahorros segura.

martes, 29 de abril de 2014

La mejor manera de invertir y ahorrar, es abrir una cuenta de ahorros en el cielo, allá no asaltan los bancos ni nadie roba a nadie.

¿Cómo es posible hacer eso?

Dando a los pobres, a los olvidados de la sociedad, a quienes no pueden devolvernos el favor; así será nuestro Padre Celestial que está en los cielos, de quien recibiremos la recompensa a su debido tiempo. Porque, dar esperando recibir algo de la persona a quien damos, no hace ningún mérito, y el favor queda pagado.

Está bien para fomentar las buenas relaciones sociales, pero se queda a nivel terrenal y no tiene mayor eco en la eternidad.

Pero, conozcamos cómo piensa El Maestro de Maestros sobre este tema:

«A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva.

Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.

Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman.

Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo.

Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto.

Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.

Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.» (Lucas 6.30-36)

Y...

«A Jehová presta el que da al pobre,
Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar.» Pr 19.17

«Porque siempre habrá algo para compartir con los demás». Stanley Gómez.

Bendiciones amigos.

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¿Vuelves para dar las gracias?

miércoles, 23 de abril de 2014

Una madre solía orar en las noches con su hija pequeña de unos seis años al acostarla. Una noche la madre le dijo:

—Hoy vamos a pedir a Dios un poco más para que sane a la tía Marta. Oraron por la tía Marta cada noche durante un par de semanas. Después, la madre no dijo nada y dejaron de pedir. A la tercera o cuarta noche sin hacerlo la niña preguntó:

—Mamá, ¿por qué no oramos por la tía Marta?

—Es que Dios ya la sanó—, respondió la madre.

—Y si la sanó, —replicó la niña— ¿no deberíamos orar para darle las gracias?

A menudo nos acostumbramos a pedir al Señor por nuestras necesidades, y Dios que es fiel y Misericordioso está siempre atento a respondernos, a veces de inmediato, otras veces no tanto según Su propósito, pero siempre recibimos respuesta.

Suele suceder con frecuencia como en la historia anterior, que una vez recibido el favor, tendemos a olvidar darle las gracias por todo el bien recibido. Esto no es nuevo, lo vivió Cristo en persona en la historia tan conocida de los 10 leprosos en Lucas 17:11-19:

«Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea.

Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!

Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados.

Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano.

Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?

¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?

Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.»

Para que no nos suceda igual, seamos siempre agradecidos con El Señor por todos los favores recibidos.

Bendiciones amigos.

(La historia anterior fue compartida por nuestra hermana Wilda Messina. La fotografía es ilustrativa).


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Si es necesario, Dios mandará a los cuervos que te alimenten.

sábado, 1 de marzo de 2014

Hay momentos en la vida cuando el temor se apodera de nosotros, nos faltan las fuerzas, y deseamos huir al rincón más escondido del planeta para que nadie nos encuentre; esto ha sucedido antes aun a los grandes hombres de Dios como el caso de Elías. No obstante, Dios que es el Único que conoce por completo al ser humano, sabe que flaqueamos, y siempre ha estado atento a socorrernos.

Por eso hoy comparto con ustedes una lectura bíblica que le ayudará a comprender mejor esta verdad. En el caso de Elías, el miedo se apoderó de él por la amenazas de la reina Jezabel. Pero, leámoslo:

«Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.

Y vino a él palabra de Jehová, diciendo:
Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán.

Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer.
Y él fue e hizo conforme a la palabra de Jehová; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente al Jordán.

Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo.» 1 Re 17:1-6.

Que El Señor bendiga su vida.

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Los gobernantes también tendrán que dar cuenta a Dios.

lunes, 17 de febrero de 2014

«Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba;» Jn 19:11.


Quizá nos parezca injusto la forma cómo nuestras autoridades ejercen el poder, administran la justicia e invierten nuestros impuestos. Pero aunque usted no lo crea, ellos también han sido puestos por Dios para gobernar sobre el pueblo; y tendrán que dar cuenta ante Él llegado el día, por su conducta en el cargo para cumplir su cometido; pues El Señor, es Señor en todo el mundo y en el universo; que así lo reconozcan, ese es otro tema.

El presente pasaje bíblico de Juan 19:11 nos revela claramente esa verdad; en que aun Cristo, siendo el Rey del universo, no obstante, se sujetó al dictamen de Pilato, a pesar del trato injusto al que estaba siendo sometido.

Alguien dirá: Sí, pero eso ya Dios lo había planeado así; sí, pero con todo, El Señor nos manda con su ejemplo un claro mensaje a que debemos ser humildes y sumisos ante los gobernadores de la tierra, a cumplir con nuestras obligaciones legales, incluido el sufragio; a no a incitar a sediciones ni levantamientos, y a orar por ellos; pues Dios es Soberano, y Él quien ha establecido el orden de todas las cosas en el universo.

Que El Señor nos ayude a comprender a plenitud Su voluntad revelada en Su Palabra.

¡Feliz día!

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La espera en medio de la angustia y desesperación.

viernes, 17 de enero de 2014

«Pacientemente esperé a Jehová,
Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.

Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.»

Salmo 40:1-2.


La frase: "Pacientemente esperé a Jehová", es probablemente una expresión de convicción del salmista, después de haber pasado por una larga espera, clamando por su situación en medio de la angustia y desesperación.

A menudo, siendo Hijos de Dios, tenemos que pasar por situaciones difíciles en la vida: escasez, enfermedad, dificultades familiares, etc. Pues, ninguno de nosotros está exento de ninguna.

Sea porque El Señor quiere probarnos, o tal vez porque haya en nosotros pecados no confesados, todos sin excepción, tendremos tarde o temprano que experimentar el látigo del sufrimiento y pasar por el pozo de la desesperación; lo cual sin duda deja, aún en los de apariencia fuertes, al descubierto que todos somos sensibles y vulnerables al dolor.

Es ahí, donde como seres humanos, nos damos cuenta que Dios es el único que puede ayudarnos.

Ante situaciones angustiosas tendemos a tomar decisiones equivocadas, en nuestra desesperación al no ver la respuesta inmediata de Dios; pero el escritor del salmo aquí nos dice:

"Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación."

Podemos ver 2 detalles importantes en este pasaje, que pudieran ser el consejo de hoy: "Clamor constante" y "espera paciente".

Que El Señor nos ayude a comprender la virtud de saber esperar; pues, hay respuestas de Dios que tardan minutos, otras horas, quizá años. Pero ante situaciones que parecen imposibles, ¡qué mejor que saber esperar la mano divina! Pues Dios siempre está atento al clamor de Su Pueblo.

Que El Señor te bendiga.

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Perseverancia y súplicas ¡siempre!

sábado, 11 de enero de 2014

Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos;
Respóndeme por tu verdad, por tu justicia.

Y no entres en juicio con tu siervo;
Porque no se justificará delante de ti ningún ser humano. Salmo 143:1-2



El Señor siempre ha deseado que Su Pueblo se mantenga en una actitud de humildad, de súplicas y ruegos; de hecho, en todo el Nuevo Testamento vemos a La Iglesia ser exhortada a mantenerse en oraciones y ruegos, con toda reverencia.

Cristo lo hizo así:

«Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.» Heb 5:7.

El apóstol Pablo también lo enseñó así:

«...; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;...» Efesios 6:18.

Cuando nos humillamos ante Él, nos escucha y nos exalta. Cuando nos exaltamos, Él mantiene su distancia.

Si no somos más grandes que Cristo, entonces, necesitamos estar humillados ante Él ¡siempre!

Un abrazo apreciados amigos.

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¿Cuánto tiempo más tendremos que esperar la venida del Señor?

miércoles, 8 de enero de 2014

¿Cuánto más esperaremos? ¿Usted qué cree?

Algunos teólogos, basados en referencias numéricas de libros proféticos hacen conjeturas de fechas probables; pero, al concluir que aún faltan algunos cientos de años para la venida del Señor, eso podría contribuir a un mayor "atenimiento" entre algunos "malos" cristianos, que ya de por sí somos atenidos, viviendo vidas ocupadas en los quehaceres diarios.

La realidad es que, la venida de Cristo por nosotros está tan cerca, como cerca pudiera estar nuestro último suspiro. Mientras vivimos, aún lo esperamos. Al morir, hasta ahí llegamos; ya nada podremos hacer, sino esperar la resurrección para vida eterna, o para confusión perpetua.

Por tal razón, encontramos en Las Sagradas Escrituras pasajes como:

«Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.» Mt 24:36

«Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.» Mt 24:44

Así que hermanos, no nos confiemos, porque mientras vivimos lo esperamos; para nosotros bien podría tardar minutos, horas, meses, años, décadas quizá. Debemos siempre estar en guardia, esperándolo; porque vendrá por Su Pueblo que le espera, no por un pueblo distraído.

«...y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.» Heb 9:28.

Dios les bendiga.

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