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Unas palabras a las madres en su día!

jueves, 10 de mayo de 2012


Hablar de una madre,
No es hablar de una femina cualquiera;
No porque sea diferente al varón,
Física, fisiológica y genéticamente.

Hablar de una madre,
Es ir más allá de toda razón,
Más allá del alcance de la mente humana;
Más allá del deber y del sacrificio.

Una madre es un regalo especial,
El más elevado de los dones encarnados,
Un ser casi angelical;
Un chispazo divino por los amados.

Quién escritor pudiera,
Con sentimiento de poeta,
Expresar las palabras más bellas,
De una madre al amar.

Una vida no bastaría,
Ni con todo el oro del mundo,
A una madre expresar, retribuir o compensar,
Su eterno amor profundo.

Muchas, doradas por sol,
Y con el corazón partido,
Dan todo por amor,
Aún por el hijo malo,
Pero siempre querido.

Alguien dijo no entender,
Si fue una maldición,
O un privilegio sin razón,
Atar el corazón de una madre,
Al de su hijo recién nacido.

Sin importar la razón,
Hoy ahora les escribo,
De lo más profundo del corazón:
¡Que Dios las bendiga madrecitas!

Gracias a Tí Señor Jesucristo,
Por permitirnos contemplar,
El más sublime de los amores,
Que un mortal puede experimentar.

No alcanzaría mi Face ni mi blog,
Para escribir de ellas como quisiera,
Como si fácil fuera,
Describir este preciado Don.

Sin importar la condición,
Del hijo grande o pequeño,
Del obediente o el contestón,
Ellas siempre pacientes.

A las que dan todo por amor,
Por el fruto de su vientre,
Sean jóvenes o ancianas,
Dios las tendrá en su mente.

Para las más lindas del planeta,
Las que aman sin condición,
Van mis muestras de cariño,
En esta celebración!

Que Dios las bendiga madrecitas!
Felicidades en su día!

Stanley Gómez, Mayo 10, 2012.

http://stanleygomez.blogspot.com

Un poema para Dios en momentos de angustia y tribulación.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Encontré este poema, no tiene nombre de autor, pero quien lo haya escrito tuvo que ser alguien parecido a nosotros que pasaba angustias y tribulaciones; alguien que supo elevar su clamor a Dios, y lo hizo de manera muy especial en forma de poema. Me identifico con este personaje, quizá usted también lo haga. Acá os lo dejo:

Jehová, escucha mi oración,
Y llegue a ti mi clamor.

No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia;
Inclina a mí tu oído;
Apresúrate a responderme el día que te invocare.

Porque mis días se han consumido como humo,
Y mis huesos cual tizón están quemados.

Mi corazón está herido, y seco como la hierba,
Por lo cual me olvido de comer mi pan.

Por la voz de mi gemido
Mis huesos se han pegado a mi carne.

Soy semejante al pelícano del desierto;
Soy como el búho de las soledades;

Velo, y soy
Como el pájaro solitario sobre el tejado.

Cada día me afrentan mis enemigos;
Los que contra mí se enfurecen, se han conjurado contra mí.

Por lo cual yo como ceniza a manera de pan,
Y mi bebida mezclo con lágrimas,

A causa de tu enojo y de tu ira;
Pues me alzaste, y me has arrojado.

Mis días son como sombra que se va,
Y me he secado como la hierba.

Mas tú, Jehová, permanecerás para siempre,
Y tu memoria de generación en generación.

Te levantarás y tendrás misericordia de Sion,
Porque es tiempo de tener misericordia de ella, porque el plazo ha llegado.

Porque tus siervos aman sus piedras,
Y del polvo de ella tienen compasión.

Entonces las naciones temerán el nombre de Jehová,
Y todos los reyes de la tierra tu gloria;

Por cuanto Jehová habrá edificado a Sion,
Y en su gloria será visto;

Habrá considerado la oración de los desvalidos,
Y no habrá desechado el ruego de ellos.

Se escribirá esto para la generación venidera;
Y el pueblo que está por nacer alabará a JAH,

Porque miró desde lo alto de su santuario;
Jehová miró desde los cielos a la tierra,

Para oír el gemido de los presos,
Para soltar a los sentenciados a muerte;

Para que publique en Sion el nombre de Jehová,
Y su alabanza en Jerusalén,

Cuando los pueblos y los reinos se congreguen
En uno para servir a Jehová.

El debilitó mi fuerza en el camino;
Acortó mis días.

Dije: Dios mío, no me cortes en la mitad de mis días;
Por generación de generaciones son tus años.

Desde el principio tú fundaste la tierra,
Y los cielos son obra de tus manos.

Ellos perecerán, mas tú permanecerás;
Y todos ellos como una vestidura se envejecerán;
Como un vestido los mudarás, y serán mudados;

Pero tú eres el mismo,
Y tus años no se acabarán.

Los hijos de tus siervos habitarán seguros,
Y su descendencia será establecida delante de ti.

Fuente: Salmo 102.

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