Los peligros del chat para nuestros hijos.

viernes, 27 de julio de 2012


Tomada del correo electrónico.


Tras dejar sus libros en el sofá ella decidió tomar un bocadillo y meterse online. Se conectó con su nombre en pantalla. Dulzura14 revisó su lista de amigos, y vió que Meteoro123 estaba conectado y decidió enviarle un mensaje instantáneo.

La siguiente es una transcripción de la conversación:

Dulzura14: Hola. Qué suerte que estás! Pensé que alguien me seguía a casa hoy. Fue raro en serio!
Meteoro123: RISA. Ves mucha TV. Por qué alguien te seguiría? No vives en un barrio seguro?
Dulzura14: Claro que sí. RISA. Creo que me lo imaginé porque no vi a nadie cuando revisé.
Meteoro123: A menos que hayas dado tu nombre online. No lo hiciste, verdad?
Dulzura14: Claro que no. No soy estúpida, Ok!.
Meteoro123: Jugaste hockey después del colegio hoy?
Dulzura14: Sí y ganamos!
Meteoro123: Genial! Contra quién?
Dulzura14: Contra las Avispas del Sagrada Familia. RISA. Sus uniformes son un asco! Parecían abejas. RISA.
Meteoro123: Cómo se llama tu equipo?
Dulzura14: Somos los Gatos con Botas. Tenemos garras de tigres en las camisetas. Son chulísimas.
Meteoro123: Juegas adelante?
Dulzura14: No, juego en defensa. Me tengo que ir. Tengo que hacer los deberes antes de que lleguen mis padres. No quiero que se enfaden. Chao!
Meteoro123: Seguimos más tarde. Chao

Mientras tanto...


Meteoro123 fue al menú de miembros y empezó a buscar sobre el perfil de ella. Cuando apareció lo marcó e imprimió. Tomó un bolígrafo y anotó lo que sabía de Dulzura14 hasta ahora:

  • Su nombre: Verónica C,
  • Cumpleaños: 3 de Enero del 94,
  • Edad: 13,
  • Ciudad donde vive: San Isidro,
  • Pasatiempos: hockey, coro, patinaje e ir a La Vaguada,
  • Aparte de esta información sabía que vivía en San Isidro porque se lo había contado recientemente.
  • Sabía que estaba sola hasta las 6.30 cada tarde hasta que sus padres regresaban del trabajo,
  • Sabía que jugaba hockey los jueves de tarde con el equipo del colegio, Los Gatos con Botas,
  • Su número favorito, el 4, estaba impreso en su camiseta.
  • Sabía que estaba en 2º de Educación Secundaria Obligatoria (E.S.O.) en el colegio Faustino Sarmiento. Ella se lo había contado todo en conversaciones online.

Ahora tenía suficiente información como para encontrarla. Verónica no contó a sus padres sobre el incidente al regreso del parque. No quería que armaran una escena y que le impidieran volver caminando de los partidos de hockey. Los padres siempre sobreactúan y los suyos eran los peores; le hacía desear no ser hija única. Quizás si hubiera tenido hermanos, sus padres no hubieran sido tan sobreprotectores.

Para el jueves, Verónica ya había olvidado que la seguían. Su partido estaba en plena acción, cuando de repente sintió que alguien la observaba. Entonces recordó, miró desde su puesto para ver a un hombre observándola de cerca. Estaba inclinado contra la valla en la tribuna, y sonrió cuando lo vió. No parecía temer y rápidamente disipó el miedo que sintió.

Después del partido, él se sentó en una de las gradas mientras ella hablaba con el entrenador. Ella notó su sonrisa otra vez cuando pasó a su lado. Él saludó con la cabeza y ella devolvió la sonrisa. Él vio su nombre en la parte de atrás de la camiseta. Sabía que la había encontrado.

Silenciosamente caminó a distancia segura tras ella. Era muy poco hasta la casa de Verónica, y cuando vio dónde vivía, volvió pronto al parque a buscar su coche. Ahora tenía que esperar. Decidió comer algo hasta que llegó la hora de ir a casa de Verónica. Fue a un lugar de comida rápida y se sentó hasta que fuese la hora. Más tarde esa noche, Verónica estaba en su cuarto cuando oyó voces en la sala.

–Verónica ven –llamó su padre.

Sonaba molesto y ella no imaginaba por qué. Entró a la sala y vió al hombre del parque en el sofá.

–Siéntate –comenzó su papá. –Este señor nos acaba de contar una historia muy interesante sobre ti.

Verónica se sentó. ¿Cómo podría contarles cualquier cosa? Nunca lo había visto antes que hoy.

–¿Sabes quién soy? –preguntó el hombre.
–No –respondió Verónica.
–Soy policía y tu amigo del chat, Meteoro123.

Verónica quedó petrificada.

–Es imposible! Meteoro123 es un chico de mi edad! Tiene 14 y vive en Burgos!

El hombre sonrió.

–Sé que te dije todo eso, pero no era verdad. Ves, Verónica, hay gente en internet que se hace pasar por chicos; yo era uno de ellos. Pero mientras algunos lo hacen para molestar chicos y hacerles daño, yo soy de un grupo de padres que lo hacen para proteger a los chicos de los depredadores. Vine a encontrarte para enseñarte lo peligroso que es hablar online. Me contaste suficiente sobre ti como para hacerme fácil encontrarte. Diste el nombre de tu colegio, de tu equipo y tu puesto. El número y tu nombre en tu camiseta hicieron que te ubicara rápido.

Verónica estaba helada.

–¿O sea que no vives en Burgos?

Él rió.

–No, vivo en Madrid. Te hizo sentir segura el pensar que yo estaba lejos, ¿verdad? Tenía un amigo cuya hija era como tú, sólo que no tuvo tanta suerte. Un hombre la encontró y la asesinó mientras estaba sola en su casa. Enseñamos a los hijos a no decir a nadie cuándo están solos, y ellos lo hacen todo el tiempo en internet. La gente mala te engaña para sacarte información de aquí y allá online. Antes de que lo sepas les contaste lo suficiente como para encontrarte sin siquiera darte cuenta.

–Espero hayas aprendido una lección de esto y que no lo harás otra vez. Cuenta a otros sobre esto para que también estén seguros.

–Lo prometo! –dijo Verónica.

Esa noche, Verónica y sus padres agradecieron a Dios por protegerla de lo que pudo ser una situación trágica.

Ahora te toca a tí, comparte esta nota enviando el enlace a todos tus amigos y padres, y a tantas personas puedas para enseñarles a no dar información sobre ellas.

Este mundo en el que vivimos hoy es demasiado peligroso, incluso como para dar la edad, ni hablar de otras cosas.

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Las apariencias engañan.

martes, 24 de julio de 2012

Imagen tomada de internet


Me gustó mucho esta imagen, porque creo ilustra algunas verdades respecto a la conducta que debemos mostrar con las demás personas. Puedo percibir algunos mensajes en este dibujo:

1. No presumir. Es importante no presumir ni alardear, cuando nos sintamos en ventaja ante otra persona, pudiera ser que seamos nosotros los que estemos en desventaja.

2. El auto-examen. La genuinidad siempre es más importante de lo que podamos aparentar, por lo que se hace necesario una auto evaluación periódica.

3. Humildad. Muchas personas están en ventaja respecto de las demás, y no lo pregonan.

4. Todo llega a descubrirse. Todo lo que aparentamos llega un día a salir al descubierto.

La Palabra de Dios dice:

Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala. Eclesiastés 12:14

Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 1 Corintios 3:14

Saludos!

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Un regalo para tí en el día de tu graduación.

jueves, 12 de julio de 2012

Esta historia me la compartió mi hija de su clase de Escuela Bíblica. Me impactó tanto que decidí compartirla con ustedes, espero les guste.


Un joven a punto de graduarse, hacía muchos meses que admiraba un hermoso auto deportivo en una agencia de autos. Sabiendo que su padre podría comprárselo, le dijo que ese auto era todo lo que quería.

Conforme se acercaba el día de la graduación, el joven esperaba ver alguna señal de que su padre hubiese comprado el auto. Finalmente, en la mañana del día de Graduación, su padre le llamó a que fuera a su privado. Le dijo lo orgulloso que se sentía de tener un hijo tan bueno, y lo mucho que lo amaba. El padre tenía en sus manos una hermosa caja de regalo. Curioso y de algún modo decepcionado, el joven abrió la caja y lo que encontró fue una hermosa Biblia de cubiertas de piel y con su nombre escrito con letras de oro. Enojado le gritó a su padre diciendo:

—Con todo el dinero que tienes, y lo único que me das es esta Biblia?,

Y salió de la casa.

Pasaron muchos años y el joven se convirtió en exitoso hombre de negocios. Tenía una hermosa casa y una bonita familia, pero cuando supo que su padre, que ya era anciano estaba muy enfermo, pensó en visitarlo; no lo había vuelto a ver desde el día de su graduación.

Antes que pudiera partir a verlo, recibió un telegrama donde decía que su padre había muerto y le había heredado todas sus posesiones; por lo cual necesitaba urgentemente ir a la casa de su padre para arreglar todos los trámites de inmediato. Cuando llegó a la casa de su padre, una tristeza y arrepentimiento llenó pronto su corazón. Comenzó a ver todos los documentos importantes que su padre tenía, y encontró la Biblia que en aquella ocasión su padre le había dado. Con lágrimas la abrió, y empezó a hojear sus páginas.

Su padre cuidadosamente había subrayado un verso en Mateo 7:11:

—Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?

Mientras leía esas palabras, unas llaves de auto cayeron de la Biblia. Tenían una tarjeta de la agencia de autos donde había visto ese auto deportivo que tanto había deseado. En la tarjeta estaba la fecha del día de su graduación, y las palabras: TOTALMENTE PAGADO.

Enseñanza: ¡Cuántas veces hemos rechazado y perdido las bendiciones de Dios porque no vienen envueltas en paquetes hermosos como nosotros esperamos!

Un saludo.

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Historia de la rosa y el sapo, la bella y el feo.

miércoles, 11 de julio de 2012

Esta reflexión la he basado en la tan conocida historia de LA ROSA Y EL SAPO. La historia la tomé del Face de Kelvin A. Barahona.
Había una vez una rosa muy bella, se sentía de maravillas al saber que era la más bella del jardín. Sin embargo, se daba cuenta que la gente la veía de lejos.

Al observar, descubrió que a su lado había siempre un sapo grande y feo, y que era por eso que nadie se acercaba a verla. Indignada ante lo descubierto, le ordenó al sapo que se fuera de inmediato; el sapo muy obediente dijo:

—Está bien, si así lo quieres.

Poco tiempo después el sapo pasó por donde estaba la rosa y se sorprendió al verla totalmente marchita, sin hojas y sin pétalos.

—Vaya que te ves mal. —¿Qué te pasó?— le preguntó.
—Es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día a día, y nunca pude volver a ser igual —contestó la rosa.
—Pues claro, cuando yo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la más bella del jardín —respondió el sapo.

Mi comentario:

Esta historia, a pesar de ser muy conocida, nos ilustra algunas verdades que deseo comentar.

¿Cuántas veces hemos subestimado a alguien por considerarlo/a "inferior" a nosotros/as, sea por tener algún "defecto físico", de "apariencia fea" o considerarlo "poco inteligente"?

Vale la pena recordar que, Dios en Su bondad, nos envía personas para bendecirnos sin importar su condición, estatus social o apariencia.

Todo fue creado por Él con un propósito. Dios no hizo nada al azar, nadie aquí está demás; nada es por casualidad, inclusive, que hoy estés leyendo esta historia.

Siempre es importante mantener una actitud humilde ante los halagos, no sea que nos suceda lo que a la rosa, que creyéndose la más bella, ordenó al "feo sapo" retirarse de su lado, y terminó comida de las hormigas.

Un saludo!

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