El privilegio de ser un Hijo

viernes, 19 de agosto de 2016

Si digo: "Padre Nuestro que estás en el cielo" (Mateo 6:9), significa que tengo hermanos. Y si mi Padre está allá y es El Verdadero Dios Viviente ¿por qué no vivir como Él desea, como Su Hijo?

Si yo siendo malo deseo y doy lo mejor para mis hijos, cuánto más Él a los Suyos.

Les comparto un hermoso pasaje de Las Escrituras:

"Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios." Juan 1:12-13.

Este pasaje nos aclara, primeramente, que después de la caída en Edén, la raza humana quedó destituida de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Por lo que fue necesario que El Hijo de Dios viniera a reconciliarnos con El Padre.

En segundo lugar, para que ese milagro suceda, es necesario recibir a Su Hijo como tal; aceptar Su Palabra y Señorío en nosotros, en nuestra vida; para que por Su Espíritu, y Su Gracia vengamos nuevamente ante Él, ya no como caídos y desterrados, sino como Hijos ante Su Presencia, y poder decirle en completa libertad y seguridad: Padre Nuestro que estás en el cielo.

Ahora como hijos de Dios, el apóstol Pedro nos da las siguiente palabras:

"Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.

Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro." 1 Juan 3:1-3.

Y más, el apóstol Juan también nos dice:

"El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.

Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.

Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.

Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.
1 Juan 5:12-15.

Habla en silencio con Dios, Él siempre escucha los corazones contritos y humillados. Pídele perdón, haz tu confesión de fe. Visita una iglesia donde se predique La Palabra Dios.

Dios en Su amor nos habla por medio de sueños y revelaciones, por medio de personas comunes y predicadores, y por medio de eventos tratando de hacernos entender. Si es necesario, hace hablar aun a las piedras para hacernos llegar Su Mensaje.

Que tengas un hermoso día. Dios te bendiga.

La incredulidad de un Ministro de Dios.

viernes, 22 de julio de 2016

"Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet. Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor. Pero no tenían hijo, porque Elisabet era estéril, y ambos eran ya de edad avanzada." (Lucas 1:5-7).


Es para meditar el caso de Zacarías en Lucas 1:5-25, que siendo un ministro de Dios en el templo, el ángel tuvo que dejarlo mudo a causa de su incredulidad.

Un Ministro de Dios es alguien que ha sido puesto por Dios para guiar e instruir al pueblo en los caminos del Señor por medio de la fe en nuestro Señor Jesucristo.

Y no todos, pues sería injusto generalizar, porque hay verdaderos Ministros de fe, los hay; pero lastimosamente, como pasó a Zacarías, así hoy abundan ministros que no le creen a Dios, y guían al pueblo por caminos que parecen rectos, pero que no son los trazados por Dios en Su Palabra. Caminos fáciles que no motivan a las ovejas a andar en fe.

¿Acaso no sería fácil acomodarse a creer que, Zacarías y su esposa siendo ancianos y ella estéril, era humanamente imposible que vieran descendencia? Nótese que La Escritura dice que ambos eran temerosos de Dios.

A pesar de los años, el contexto de la historia nos hace creer que ambos, sin duda, oraron a Dios que les quitase esa afrenta, sin que la respuesta llegara cuando ellos la esperaban.

Y es que, ese es otro aspecto de la fe, las respuestas de Dios no llegan cuando nosotros queremos, sino cuando Dios, en Su Soberana Potestad, sabe que es el momento correcto en que el milagro debe ocurrir.

Es por ello que, todo aquel que le cree a Dios, también debe aprender a esperar; porque la respuesta de Dios puede llegar en cualquier momento, y debemos estar dispuestos a recibirla con gozo cuando ésta toque a nuestra puerta. Pues la paciencia, es también fruto del Espíritu.

La fe se desarrolla, por eso, el consejo de Dios en este día, es que aprendas a creerle a Dios.

Te invito a que leas tu Biblia, que busques al Señor en oración para que sea Él, por medio de Su Espíritu, quien te guíe a congregarte en una Iglesia donde haya uno o varios verdaderos Ministros de Dios, que puedan ayudarte a crecer en fe, paciencia y amor conforme a Su Palabra.

Un gran hombre de fe dijo alguna vez: Dios dejó la medicina en el mundo para la sanidad de las personas; pero también la sanidad divina para aquellos que se atreven a creerle. Y no es para menospreciar la ciencia médica, todo lo contrario, pero como dijo a Marta: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? (Juan 11:40).

¡Creamos a Dios y veremos Su Gloria!

Que Dios te bendiga

La Envidia.

jueves, 26 de mayo de 2016


Después de reflexionar un poco acerca de uno de los pecados más comunes pero a la vez más dañinos en los seres humanos, que no escapa ni a los que asistimos a las iglesias (las mismas que están llenas de personas así), he decidido escribir estas líneas: LA ENVIDIA.

Enferma y hace sufrir a la persona que padece de ella cuando ve que sólo otras personas son bendecidas.

Ciega a la persona para que no vea sus propias bendiciones por mirar las ajenas.

La envidia deja vacía a la persona, la amarga y por ella hace que se rompan los lazos de amor con Dios y el prójimo.

Ella se oculta fácilmente detrás de una apariencia religiosa y de humildad. A menudo hace sufrir en silencio a la persona, hasta que no puede más haciéndola explotar.

Por ella a través de la historia se han cometido muchos asesinatos, el más grande de todos el de Jesucristo (Yahshúa), ejecutado por la élite poderosa y corrupta de su época.

Al final, LA ENVIDIA envuelve a la persona, la gobierna y por último la conduce hacia la muerte irremediablemente.

La única medicina para este mal es permitir que Dios nos llene de Su Amor, porque...

"El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;” (1 Corintios 13:4 ).

Que Dios nos libre de caer en las garras de semejante mal y nos bendiga a todos.

Una mujer no judía confía en Dios.

jueves, 14 de abril de 2016

  Lectura bíblica recomendada: 

Jesús se fue de allí a la región de Tiro y de Sidón. Una mujer de esa región, que era del grupo al que los judíos llamaban cananeos, se acercó a Jesús y le dijo a gritos:

—¡Señor, tú que eres el Mesías, ten compasión de mí y ayúdame! ¡Mi hija tiene un demonio que la hace sufrir mucho!

Jesús no le hizo caso. Pero los discípulos se acercaron a él y le rogaron:

—Atiende a esa mujer, pues viene gritando detrás de nosotros.

Jesús respondió:

—Dios me envió para ayudar sólo a los israelitas, pues ellos son para mí como ovejas perdidas.

Pero la mujer se acercó a Jesús, se arrodilló delante de él y le dijo:

—¡Señor, ayúdame!

Jesús le dijo:

—No está bien quitarles la comida a los hijos para echársela a los perros.

La mujer le respondió:

—¡Señor, eso es cierto! Pero aun los perros comen de las sobras que caen de la mesa de sus dueños.

Entonces Jesús le dijo:

—¡Mujer, tú sí que tienes confianza en Dios! Lo que me has pedido se hará.

Y en ese mismo instante su hija quedó sana.

(Mateo 15:21-28)

La humildad de un Rey.

miércoles, 13 de abril de 2016

  Lectura bíblica recomendada: 

Al llegar el rey David a Bahurim, entonces, salió de allí un hombre de la familia de la casa de Saúl que se llamaba Simei, hijo de Gera. Cuando salió, iba maldiciendo, y tiraba piedras a David y a todos los siervos del rey David, aunque todo el pueblo y todos los hombres valientes estaban a su derecha y a su izquierda.

Así decía Simei mientras maldecía: “¡Fuera, fuera, hombre sanguinario e indigno! El Señor ha hecho volver sobre ti toda la sangre derramada de la casa de Saúl, en cuyo lugar has reinado; el Señor ha entregado el reino en mano de tu hijo Absalón. Aquí estás prendido en tu propia maldad, porque eres hombre sanguinario.”

Entonces Abisai, hijo de Sarvia, dijo al rey: “¿Por qué ha de maldecir este perro muerto a mi señor el rey? Déjeme que vaya ahora y le corte la cabeza.” Pero el rey dijo: “¿Qué tengo yo que ver con ustedes, hijos de Sarvia? Si él maldice, y si el Señor le ha dicho: ‘Maldice a David,’ ¿quién, pues, le dirá: ‘¿Por qué has hecho esto?’”

Entonces David dijo a Abisai y a todos sus siervos: “Mi hijo que salió de mis entrañas busca mi vida; ¿cuánto más entonces este Benjamita? Déjenlo, que siga maldiciendo, porque el Señor se lo ha dicho. Quizá el Señor mire mi aflicción y me devuelva bien por su maldición de hoy.”

Así pues, David y sus hombres siguieron su camino; y Simei iba por el lado del monte paralelo a él, y mientras iba lo maldecía, le tiraba piedras y le arrojaba polvo. Y el rey y todo el pueblo que iba con él llegaron al Jordán fatigados, y allí descansaron.

(2 Samuel 16:5-14)

Justicia, Paz y Gozo son pilares en el reino de Dios.

martes, 23 de febrero de 2016

"porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo." Romanos 14:17.

JUSTICIA, es algo que carece este mundo, donde el más listo toma para sí lo mejor, en el reino de Dios, el que tiene da al que no tiene, y cada uno procura lo mejor para su hermano. En el mundo no hay justicia por causa de la caída del hombre. Pero la Iglesia del Señor debemos ejercer este principio como lumbreras de este mundo.

PAZ, es algo que no hay en el mundo, porque el mundo no ha comprendido el concepto de verdadera paz. Porque las personas viven cargadas en sus problemas y ambiciones, amarguras y tristezas, agobiadas por las enfermedades. En el reino de Dios, la paz viene al corazón por el perdón de pecados, y se hace manifiesta exteriormente hacia nuestros semejantes.

GOZO, es la fortaleza que nos permite experimentar felicidad, aun en medio de la tribulación. El mundo sólo experimenta momentos de felicidad en tanto logran lo que quieren o anhelan, pero una vez no obtienen lo que quieren o que desean, la alegría se borra de su rostro. El gozo viene de Dios y no es circunstancial, es más bien la fortaleza que nos permite vencer en medio de las tribulaciones, porque es en lo más profundo del ser.

El reino de Dios no se aprecia por lo lujoso de los palacios, lo ostentoso de la vestidura de las personas; sino que se basa en valores eternos, invisibles que se hacen manifiestos en las actitudes de las personas que están en él. Valores propios de un reino que no es de este mundo: La paz, el perdón, la misericordia, etc.

Puedes dejar tu comentario para enriquecer este pensamiento y así edificarnos unos a otros. Amén.

Dios te bendiga,