La mejor manera de invertir y ahorrar, es abrir una cuenta de ahorros en el cielo, allá no asaltan los bancos ni nadie roba a nadie.
¿Cómo es posible hacer eso?
Dando a los pobres, a los olvidados de la sociedad, a quienes no pueden devolvernos el favor; así será nuestro Padre Celestial que está en los cielos, de quien recibiremos la recompensa a su debido tiempo. Porque, dar esperando recibir algo de la persona a quien damos, no hace ningún mérito, y el favor queda pagado.
Está bien para fomentar las buenas relaciones sociales, pero se queda a nivel terrenal y no tiene mayor eco en la eternidad.
Pero, conozcamos cómo piensa El Maestro de Maestros sobre este tema:
«A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva.
Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.
Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman.
Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo.
Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto.
Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.
Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.» (Lucas 6.30-36)
Y...
«A Jehová presta el que da al pobre,
Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar.» Pr 19.17
«Porque siempre habrá algo para compartir con los demás». Stanley Gómez.
Bendiciones amigos.
www.ElArbolVerde.com
Sígueme → Google.com/+StanleyGomez y twitter.com/stgomez7
¿Cómo es posible hacer eso?
Dando a los pobres, a los olvidados de la sociedad, a quienes no pueden devolvernos el favor; así será nuestro Padre Celestial que está en los cielos, de quien recibiremos la recompensa a su debido tiempo. Porque, dar esperando recibir algo de la persona a quien damos, no hace ningún mérito, y el favor queda pagado.
Está bien para fomentar las buenas relaciones sociales, pero se queda a nivel terrenal y no tiene mayor eco en la eternidad.
Pero, conozcamos cómo piensa El Maestro de Maestros sobre este tema:
«A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva.
Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.
Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman.
Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo.
Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto.
Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.
Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.» (Lucas 6.30-36)
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Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar.» Pr 19.17
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