Mami oremos para que Jesús me sane.

miércoles, 15 de julio de 2009

Eran aproximadamente la una de la madrugada de un mes de marzo del año 2002, cuando la pequeña Katherine Esmeralda en ese entonces de 3 años, sentada a la cama de su habitación comenzó a decir:

¡Mami, oremos para que Jesús me sane!

Desde luego que esas palabras nos despertaron a ambos, encendimos la luz de nuestra habitación y fuimos a la habitación de la pequeña.

Al verificar, la nena estaba con fiebre alta; el día anterior le habíamos suministrado medicamentos para combatir la infección, pero la fiebre había vuelto, lo que significaba que habían problemas. Los que son padres igual que yo, sin duda comprenderán que estas situaciones no dejan de preocupar, sobre todo por la hora: casi media noche.

Siempre hemos sido una familia unida, y en esa época como miembros activos en Misión Cristiana Elim, mi esposa era anfitriona y yo líder de célula de hogar; y sabíamos que el Dios al cual servíamos era un Dios de poder, por lo que muchas veces habíamos sido testigos de sanidad por la oración; sólo que esta vez, lo que nos sorprendió fue la fe de esta pequeña al hacer su petición: ¡Mami, oremos para que Jesús me sane!", eso fue para mí ¡Impactante!.

Mi esposa se sentó junto a ella e hicieron una oración sencilla que duró no más de 1 minuto. Después, la bebé se recostó en su cama como "confiada que iba a recibir sanidad del Señor", y pues, satisfechos nos fuimos para nuestra habitación; sin embargo, no pudimos quedarnos dormidos de inmediato, sino que quisimos monitorear cómo seguía la situación de salud de nuestra hija.

Para sorpresa, ni nosotros sentimos el momento en que nos quedamos dormidos. Al despertar del nuevo día, supimos que la pequeña había experimentado sanidad en la oración. Razón por la que dimos gracias al Señor, al haber puesto esa fe en la pequeña de 3 años.

Dios a través de la historia ha demostrado que tiene la capacidad de contestar las peticiones de sus hijos por sencillas que estas sean; sólo se necesita confiar en Él.

La Palabra de Dios dice: "Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios." Mateo 5:8

"Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye." 1 Juan 5:14

¡A Dios sea la gloria!

¡Que Dios le bendiga!
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