La prioridad de Dios va más allá de lo que imaginamos.

sábado, 29 de noviembre de 2014

Si bien los bienes terrenos son útiles, no son la prioridad de Dios para ti. Si eres rico está bien, disfruta las bendiciones que Él te da, pero recuerda, la prioridad de Dios eres tú, tu persona, tu ser... ¡tu salvación! Todo lo demás es... ¡música de fondo!

El Plan de Dios en la cruz fue por ti y por mi. Todo el sufrimiento, vergüenza y humillación que Cristo padeció hasta la muerte en esa espantosa cruz fue, no para que te compres el auto nuevo que presumes, propiedades, lujos, etc, y vivas como rey aquí en la tierra mientras otros mueren de hambre en el mundo; no, las prioridades de Dios son mucho más elevadas que las nuestras.

    «Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.» Is 55.8

Todo lo que para nosotros aquí tiene valor, para Él no lo tiene. Lo eterno es para Él más importante que lo pasajero. Tu salvación es lo verdaderamente importante, haz lo que puedas hacer fruto de tu trabajo, de tu esfuerzo, pero no olvides lo verdaderamente importante en la vida. (Mateo 16:26).

Te comparto una lectura recomendada:
Reflexiones para la vida, aprendidas del reino de Dios en frases

    Uno de entre la multitud le pidió:

    —Maestro, dile a mi hermano que comparta la herencia conmigo.

    —Hombre —replicó Jesús—, ¿quién me nombró a mí juez o árbitro entre ustedes?

    »¡Tengan cuidado! —advirtió a la gente—. Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes.

    Entonces les contó esta parábola:

    —El terreno de un hombre rico le produjo una buena cosecha. Así que se puso a pensar: “¿Qué voy a hacer? No tengo dónde almacenar mi cosecha.” Por fin dijo: “Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes, donde pueda almacenar todo mi grano y mis bienes. Y diré: Alma mía, ya tienes bastantes cosas buenas guardadas para muchos años. Descansa, come, bebe y goza de la vida.” Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te van a reclamar la vida. ¿Y quién se quedará con lo que has acumulado?”

    »Así le sucede al que acumula riquezas para sí mismo, en vez de ser rico delante de Dios. —Cristo. (Lucas 12:13-21).

Que Dios te bendiga.

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