El propósito de vivir.

martes, 24 de marzo de 2015

Probablemente te hayas preguntado alguna vez: ¿Qué hacemos aquí, o para qué vinimos a este mundo?

Pues bien, El Maestro en cierta ocasión preguntado por expertos de La Ley, acerca de esta misión tan importante para el hombre, lo resumió con su característica magistral y sabiduría del Padre de esta manera:

    «Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?
    Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
    Este es el primero y grande mandamiento.
    Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
    De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. Mateo 22.36-40

Y el que fuera considerado el más grande sabio que jamás haya existido, lo resumió en estas palabras:

    «El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.
    Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.» Eclesiastés 12.13-14

Lo más importante en la vida amigos y hermanos, no es tener bienes materiales (no digo que tenerlos sea en sí el problema, sino hacer de ellos lo más importante en la vida); pero lo más importante, lo verdaderamente importante, es hacer la voluntad de nuestro Padre que está en los cielos. De ahí que, conocer Su Voluntad viene a ser el primer paso en el camino a la dirección correcta, y esa Voluntad queda confirmada en la Magistral respuesta del Señor Jesucristo arriba expresada, dada milenios antes al pueblo de Israel por medio de Moisés.

    «Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.» —Cristo. (Lucas 12.15).

Más claro, ni el agua. ¡Y qué bueno que podemos comprender esa importante verdad de la vida!

Sigamos, pues, haciendo lo que hacemos honesta y honradamente sin quitar la mirada del cielo, aguardando la Promesa de Su Venida, la cual está por suceder. Siendo bendición para los nuestros primeramente, y luego para los demás; no olvidando lo más valioso en la vida, que es nuestra salvación, para que llegado el día de nuestro llamamiento podamos decir como aquel gran apóstol:


Foto de hno Yiye Ávila.
    «He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.

    Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.» 2 Timoteo 4.7-8

Entonces, seamos agradecidos con nuestro Eterno Gran Dios y Salvador Jesucristo. Amén.

Dios te bendiga.

Amar a Dios por sobre todas las cosas.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Apreciados hermanos y amigos: Paz y bendiciones para ustedes.

El que les escribe es alguien que ha visto la mano de Dios constantemente en su vida, no porque sea mejor que muchos de ustedes; pero conforme los años pasan, he aprendido que la fe es un regalo de Dios y debemos desarrollarla constantemente en nuestro diario vivir.

Es indispensable creerle y amarle sólo a Él por sobre todas las cosas. Él debe ser la prioridad número uno en nosotros, no de palabras, sino, con nuestra manera de vivir si queremos tener comunión con Él y ver Sus Maravillas.

No hablo de una santidad a medias, es decir, ir a la Iglesia a cantar, orar, confesarnos con Él y luego al salir llevar una vida de mentiras y engaños, calumnias y toda clase de maldad; sea de pensamiento, palabra u obra. Todo nuestro ser debe estar consagrado a Aquél que dio Su vida por nosotros.

Sin duda esto chocará con la filosofía de vida de algunos, porque estamos acostumbrados a vivir para nosotros únicamente, para nuestras comodidades, prosperidad y superación, lo cual les mantiene tensos y ansiosos.

El mundo vive y se entretiene en sus propios engaños y ocupaciones. Ansiedad y desesperación es la constante en el hombre alejado de Dios; y cuando digo alejados, no digo que no vayan a la Iglesia, o que no escuchen mensajes y lean una Biblia; sino más bien, me refiero a todo el que vive una vida sin tomar en cuenta Los Mandamientos del Señor. Pero el Señor Jesucristo es el Único que nos puede dar esa paz que jamás encontraremos en el mundo, esa paz interior que no se compra con dinero.

Por eso dijo:

    «El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.» Juan 14.21

Regocíjate en Él y ámalo guardando Sus Mandamientos, y serás feliz.

    «Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.» Juan 10.9

    «Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.» Lucas 12.15

Recuerda, a menudo somos probados y en otras tentados, quizá a veces fallamos, pero hay que pedir perdón inmediatamente te das cuenta del error, y pedirlo con todo tu corazón si en verdad lo amas, no fingiendo; porque recuerda que Él pesa aun los espíritus. Y luego a diario, antes de dormir, agradecer y pedir perdón, para así, si llegáremos a despertar en Su Presencia, no llegamos deudas con Él. Amén

Dios te bendiga.