Cuidado con el dinero.

jueves, 8 de mayo de 2014

«Mi reino no es de este mundo…» Jesús. Juan 18:36.

¡Cuidado hermanos! ciertamente el dinero es importante y necesario, pero no más de lo debido.

En el mensaje del evangelio que nuestro Señor Jesucristo comisionó, el dinero no es el centro de atención, ni atracción principal que el oyente deba procurar; sino, el amor a Dios, a Sus mandamientos, a adorarlo a Él y a amar a nuestros semejantes, renunciando a las codicias de este mundo. El dinero ocupa el último lugar.

Internet está plagado de doctrinas cuya inspiración principal es el amor al dinero, con mensajes de "motivación" que incitan a la gente a hacerse ricos y a la prosperidad material principalmente. Ser pobres materialmente no es significado que Dios no esté contigo. Cristo fue pobre, y sin embargo era el dueño de todo.

Es necesario dedicar más tiempo a la lectura de la Biblia y a la oración, y permitirle al Espíritu Santo nos guíe para no caer en las trampas de los engañadores.

Porque...

«Los que quieren enriquecerse caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos. Estos afanes insensatos y dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción.» 1 Ti 6.9.

El Señor te bendiga.


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Cómo abrir una cuenta de ahorros segura.

martes, 29 de abril de 2014

La mejor manera de invertir y ahorrar, es abrir una cuenta de ahorros en el cielo, allá no asaltan los bancos ni nadie roba a nadie.

¿Cómo es posible hacer eso?

Dando a los pobres, a los olvidados de la sociedad, a quienes no pueden devolvernos el favor; así será nuestro Padre Celestial que está en los cielos, de quien recibiremos la recompensa a su debido tiempo. Porque, dar esperando recibir algo de la persona a quien damos, no hace ningún mérito, y el favor queda pagado.

Está bien para fomentar las buenas relaciones sociales, pero se queda a nivel terrenal y no tiene mayor eco en la eternidad.

Pero, conozcamos cómo piensa El Maestro de Maestros sobre este tema:

«A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva.

Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.

Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman.

Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo.

Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto.

Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.

Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.» (Lucas 6.30-36)

Y...

«A Jehová presta el que da al pobre,
Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar.» Pr 19.17

«Porque siempre habrá algo para compartir con los demás». Stanley Gómez.

Bendiciones amigos.

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¿Vuelves para dar las gracias?

miércoles, 23 de abril de 2014

Una madre solía orar en las noches con su hija pequeña de unos seis años al acostarla. Una noche la madre le dijo:

—Hoy vamos a pedir a Dios un poco más para que sane a la tía Marta. Oraron por la tía Marta cada noche durante un par de semanas. Después, la madre no dijo nada y dejaron de pedir. A la tercera o cuarta noche sin hacerlo la niña preguntó:

—Mamá, ¿por qué no oramos por la tía Marta?

—Es que Dios ya la sanó—, respondió la madre.

—Y si la sanó, —replicó la niña— ¿no deberíamos orar para darle las gracias?

A menudo nos acostumbramos a pedir al Señor por nuestras necesidades, y Dios que es fiel y Misericordioso está siempre atento a respondernos, a veces de inmediato, otras veces no tanto según Su propósito, pero siempre recibimos respuesta.

Suele suceder con frecuencia como en la historia anterior, que una vez recibido el favor, tendemos a olvidar darle las gracias por todo el bien recibido. Esto no es nuevo, lo vivió Cristo en persona en la historia tan conocida de los 10 leprosos en Lucas 17:11-19:

«Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea.

Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!

Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados.

Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano.

Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?

¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?

Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.»

Para que no nos suceda igual, seamos siempre agradecidos con El Señor por todos los favores recibidos.

Bendiciones amigos.

(La historia anterior fue compartida por nuestra hermana Wilda Messina. La fotografía es ilustrativa).


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Si es necesario, Dios mandará a los cuervos que te alimenten.

sábado, 1 de marzo de 2014

Hay momentos en la vida cuando el temor se apodera de nosotros, nos faltan las fuerzas, y deseamos huir al rincón más escondido del planeta para que nadie nos encuentre; esto ha sucedido antes aun a los grandes hombres de Dios como el caso de Elías. No obstante, Dios que es el Único que conoce por completo al ser humano, sabe que flaqueamos, y siempre ha estado atento a socorrernos.

Por eso hoy comparto con ustedes una lectura bíblica que le ayudará a comprender mejor esta verdad. En el caso de Elías, el miedo se apoderó de él por la amenazas de la reina Jezabel. Pero, leámoslo:

«Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.

Y vino a él palabra de Jehová, diciendo:
Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán.

Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer.
Y él fue e hizo conforme a la palabra de Jehová; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente al Jordán.

Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo.» 1 Re 17:1-6.

Que El Señor bendiga su vida.

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Los gobernantes también tendrán que dar cuenta a Dios.

lunes, 17 de febrero de 2014

«Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba;» Jn 19:11.


Quizá nos parezca injusto la forma cómo nuestras autoridades ejercen el poder, administran la justicia e invierten nuestros impuestos. Pero aunque usted no lo crea, ellos también han sido puestos por Dios para gobernar sobre el pueblo; y tendrán que dar cuenta ante Él llegado el día, por su conducta en el cargo para cumplir su cometido; pues El Señor, es Señor en todo el mundo y en el universo; que así lo reconozcan, ese es otro tema.

El presente pasaje bíblico de Juan 19:11 nos revela claramente esa verdad; en que aun Cristo, siendo el Rey del universo, no obstante, se sujetó al dictamen de Pilato, a pesar del trato injusto al que estaba siendo sometido.

Alguien dirá: Sí, pero eso ya Dios lo había planeado así; sí, pero con todo, El Señor nos manda con su ejemplo un claro mensaje a que debemos ser humildes y sumisos ante los gobernadores de la tierra, a cumplir con nuestras obligaciones legales, incluido el sufragio; a no a incitar a sediciones ni levantamientos, y a orar por ellos; pues Dios es Soberano, y Él quien ha establecido el orden de todas las cosas en el universo.

Que El Señor nos ayude a comprender a plenitud Su voluntad revelada en Su Palabra.

¡Feliz día!

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La espera en medio de la angustia y desesperación.

viernes, 17 de enero de 2014

«Pacientemente esperé a Jehová,
Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.

Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.»

Salmo 40:1-2.


La frase: "Pacientemente esperé a Jehová", es probablemente una expresión de convicción del salmista, después de haber pasado por una larga espera, clamando por su situación en medio de la angustia y desesperación.

A menudo, siendo Hijos de Dios, tenemos que pasar por situaciones difíciles en la vida: escasez, enfermedad, dificultades familiares, etc. Pues, ninguno de nosotros está exento de ninguna.

Sea porque El Señor quiere probarnos, o tal vez porque haya en nosotros pecados no confesados, todos sin excepción, tendremos tarde o temprano que experimentar el látigo del sufrimiento y pasar por el pozo de la desesperación; lo cual sin duda deja, aún en los de apariencia fuertes, al descubierto que todos somos sensibles y vulnerables al dolor.

Es ahí, donde como seres humanos, nos damos cuenta que Dios es el único que puede ayudarnos.

Ante situaciones angustiosas tendemos a tomar decisiones equivocadas, en nuestra desesperación al no ver la respuesta inmediata de Dios; pero el escritor del salmo aquí nos dice:

"Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación."

Podemos ver 2 detalles importantes en este pasaje, que pudieran ser el consejo de hoy: "Clamor constante" y "espera paciente".

Que El Señor nos ayude a comprender la virtud de saber esperar; pues, hay respuestas de Dios que tardan minutos, otras horas, quizá años. Pero ante situaciones que parecen imposibles, ¡qué mejor que saber esperar la mano divina! Pues Dios siempre está atento al clamor de Su Pueblo.

Que El Señor te bendiga.

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Perseverancia y súplicas ¡siempre!

sábado, 11 de enero de 2014

Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos;
Respóndeme por tu verdad, por tu justicia.

Y no entres en juicio con tu siervo;
Porque no se justificará delante de ti ningún ser humano. Salmo 143:1-2



El Señor siempre ha deseado que Su Pueblo se mantenga en una actitud de humildad, de súplicas y ruegos; de hecho, en todo el Nuevo Testamento vemos a La Iglesia ser exhortada a mantenerse en oraciones y ruegos, con toda reverencia.

Cristo lo hizo así:

«Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.» Heb 5:7.

El apóstol Pablo también lo enseñó así:

«...; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;...» Efesios 6:18.

Cuando nos humillamos ante Él, nos escucha y nos exalta. Cuando nos exaltamos, Él mantiene su distancia.

Si no somos más grandes que Cristo, entonces, necesitamos estar humillados ante Él ¡siempre!

Un abrazo apreciados amigos.

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¿Cuánto tiempo más tendremos que esperar la venida del Señor?

miércoles, 8 de enero de 2014

¿Cuánto más esperaremos? ¿Usted qué cree?

Algunos teólogos, basados en referencias numéricas de libros proféticos hacen conjeturas de fechas probables; pero, al concluir que aún faltan algunos cientos de años para la venida del Señor, eso podría contribuir a un mayor "atenimiento" entre algunos "malos" cristianos, que ya de por sí somos atenidos, viviendo vidas ocupadas en los quehaceres diarios.

La realidad es que, la venida de Cristo por nosotros está tan cerca, como cerca pudiera estar nuestro último suspiro. Mientras vivimos, aún lo esperamos. Al morir, hasta ahí llegamos; ya nada podremos hacer, sino esperar la resurrección para vida eterna, o para confusión perpetua.

Por tal razón, encontramos en Las Sagradas Escrituras pasajes como:

«Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.» Mt 24:36

«Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.» Mt 24:44

Así que hermanos, no nos confiemos, porque mientras vivimos lo esperamos; para nosotros bien podría tardar minutos, horas, meses, años, décadas quizá. Debemos siempre estar en guardia, esperándolo; porque vendrá por Su Pueblo que le espera, no por un pueblo distraído.

«...y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.» Heb 9:28.

Dios les bendiga.

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¿Es pecado ser rico?

miércoles, 4 de diciembre de 2013

En muchas ocasiones hace referencia la biblia en contra de las riquezas terrenales, y esto puede dar la impresión, que por ser rico alguien está en pecado. Surge entonces la pregunta:

¿Es pecado ser rico?

La biblia no lo dice. Pero sí es pecado el apego a las riquezas habiendo tantos necesitados; y más aún, cuando éstas no son por medios honestos. Es por ese mismo apego que, a un rico le es más difícil entrar en El Reino de Dios.

Ya Cristo lo dijo bien claro:

«Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas.» Mateo 6:24

Pero escrito está:

«La bendición del SEÑOR trae riqueza, y no hay por qué preocuparse.» Proverbios 10:22.

Y como bien nos lo dice nuestra hermana Evelyn Guzmán, hubo también muchos ricos entre los grandes hombres de Dios; tenemos a José (Génesis), Rey David, a la Reina Ester y muchos más. Dios también es rico, porque le pertenece todo lo que existe.


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Humildad requisito indispensable

martes, 5 de noviembre de 2013

Los niños son humildes y sencillos, no son orgullosos, no son odiosos ni rencorosos y siempre dicen la verdad. Cristo los puso como ejemplo que debemos ser como ellos, de lo contrario no tendremos parte en Su Reino.

Amigos, si El Señor lo dijo, es en serio.

La humildad es requisito para entrar al reino de Dios. Y eso no tiene nada que ver con la condición social o económica de una persona.

Quizá uno de los mayores obstáculos que nos impiden ser como ellos, son los prejuicios; posiblemente por una mala experiencia con una amistad, una traición, un secreto divulgado; un chisme o una buena acción pagada con un mal.

Esas y muchas cosas peores, nos sucede a todos en nuestras relaciones interpersonales con las demás personas; pero aún así, la exhortación del Señor es a volvernos como niños, requisito necesario para poder entrar con Él en El Reino de los cielos.

«Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el reino de los cielos. Por tanto, el que se humilla como este niño será el más grande en el reino de los cielos.» Mateo 18:3-4

Nótese un detalle interesante: En el pasaje anterior (N.V.I.) se lee: "a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños", lo cual indica que es una actitud personal que podemos y debemos adoptar. Se trata de un cambio de actitud necesario.

En nosotros está el ser orgullosos, o hacernos humildes de corazón. Que El Señor nos ayude a comprender esta verdad.

¡Dios les bendiga!

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Una experiencia dolorosa para bien.

viernes, 11 de octubre de 2013

El siguiente es un pequeño "incidente" llamémosle así que me pasó, pero que me dejó una gran enseñanza espiritual.

«Hace unos días sufrí una herida que ameritaba atención médica; por lo pequeña que parecía decidí atenderme yo mismo, y así lo hice. Todo parecía bien.

»Pero por descuido, la herida comenzó a infectarse; el dolor aumentó, y caminar para ir a trabajar se volvió tortuoso.

»Subir y bajar autobuses urbanos e interdepartamentales no es fácil en medio de multitudes que corren vertiginosamente, no es para andar lento ni distraído, y menos en mi condición con el pie adolorido (ya no es como antes). Un caracol caminaba más rápido que yo. jeje.

»Hace dos días llegué casi arrastras a casa, me recosté sobre una silla y comencé a ponerme cómodo mientras mi esposa alistaba lo necesario para la curación. Con el pie hinchado e intenso dolor, ni siquiera podían tocarme con un dedo, iba fatal.

»Junto a mí estaba la torre de sillas infantiles, las que usamos para los niños en la reunión de casa. Intenté moverla para poner encima mi pie enfermo, pero, ¿a que no imaginan lo que pasó?...

»Se me resbaló, cayendo justo sobre la parte del pie donde estaba la herida en problemas. El dolor fue tan intenso que el grito debió llegar al otro lado del mundo, porque en segundos me rodearon mi esposa y mis hijos.

»Simplemente pensé que abandonaría mi cuerpo. Calambres en todo el cuerpo, en mi pecho, en el corazón, en el pie, en mis brazos, etc. Por un momento le perdí sabor a la vida. Me puse helado. La herida sangraba.

»Mientras me quejaba, recordé que Dios todo lo hace con propósito y debemos darle las gracias a Él en todo tiempo; eso incluye, aún en medio del dolor. Así que dije: 'Gracias Señor, tú sabes por qué pasó eso'.

»Cuando comencé a recuperarme le dije a mi esposa: Desde un principio debí ir a la clínica para que me curaran. Ahora, con la herida infectada había un problema: ¿cómo sacar esa sangre sucia de la herida, pues soy llorón para las curaciones jeje (disculpen la confesión).

»Así que, Dios usó el martillo para hacer salir la sangre sucia, y me agarró por sorpresa. Lo más curioso que no fue alguien de la familia por quien se resbaló la torre, sino que fue a mí. Así, Dios no permitiría que yo culpara a los niños o a mi esposa por el descuido. Alabado sea Dios.»

Mi reflexión:

Mi negligencia y descuido hicieron infectar la herida. Igual sucede con nosotros, si somos negligentes y distraídos, el pecado nos infectará; y si no acudimos a tiempo donde El Único Médico para ser sanados, moriremos.

Cristo dijo una vez: «Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,...» Jn 10:27. Si somos Sus Hijos y no atendemos Su llamado, usará métodos dolorosos si es necesario para llevarnos a Él, y sanarnos.

Atendamos Su llamado a las buenas, de lo contrario podríamos pagar muy caro nuestra desobediencia.

¡Dios les bendiga!

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¿Seguro que quieres casarte?

martes, 1 de octubre de 2013

¿Seguro que quieres casarte? ¿Crees que has comprendido bien lo que significa el matrimonio?...

Quizá deberías someterte a consejería antes de dar uno de los pasos más importantes y delicados en la vida. El matrimonio es un misterio, y uno de los mandamientos más quebrantados hoy en día entre los seres humanos.

El siguiente es un trozo de conversación entre Cristo y sus discípulos, en privado:

    «Si tal es la situación entre esposo y esposa —comentaron los discípulos—, es mejor no casarse.

    —No todos pueden comprender este asunto —respondió Jesús—, sino sólo aquellos a quienes se les ha concedido entenderlo.»

Es hermoso estar casado, pero si no te sientes seguro, sigue orando y espera más tiempo. Es mejor una decisión tardía, bien pensada; que una mal decisión tomada a prisa basada en emoción y deseo.

Recuerda que para casarse se necesitan dos, y ambos deben estar convencidos al cien por ciento de ese paso.

¡Dios te bendiga!


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El impacto que causa el predicador en las personas.

lunes, 23 de septiembre de 2013

La siguiente, es una experiencia personal que deseo compartir con todos mis hermanos y hermanas que, igual que yo, también comparten La Palabra de Dios en casas, y en cualquier lugar donde haya una oportunidad.


La primera vez que asistí a una reunión familiar (hoy conocidas como células de hogar) el mensaje fue de gran impacto para mí, que pensé que quien predicaba era el pastor.

El siguiente sábado llegué puntual como siempre jeje, y le pregunté a la dueña de la casa:

    —¿No ha venido el pastor?
    —¿Cuál pastor? —Me dijo.
    —El que predicó el sábado pasado —le dije.
    —Ese es el líder, el pastor no viene aquí —me contestó.
    —Ah bueno, yo pensé que él era el pastor —le dije nuevamente.
    —No, aquí quien predica es el líder encargado de la reunión —me dijo.

Hay hermanos que, sin ser pastores o evangelistas le ponen alma, corazón y vida al mensaje cuando predican, que uno piensa que lo son; es porque se toman en serio la tarea que les ha sido encomendada: Predicar La Palabra con todo el corazón. Desde luego, quienes conocen el modelo celular me dirán: Ese hermano no se estaba guiando según los principios del sistema celular, porque en la célula no se debe predicar como se hace en el local de la iglesia. Bueno, ese es tema de otro post.

Pero...

La imagen del predicador impacta tanto en las personas, que la gente piensa que es Dios mismo el que les está hablando, y en efecto así es. Por eso debemos cuidar nuestro testimonio, y predicar La Palabra de Dios tal como debe ser; pues de ella depende la vida eterna de las personas que escuchan con fe.

Ahora bien, cuando digo que se debe tomar en serio la predicación de La Palabra, no me refiero a que debemos poner cara larga y seria de amargado, o con apariencia de humildad; sino, a alguien que, pese a ser amigo de las personas, se guarda y cuida para Dios y predica con rectitud; es decir, sin manipular a conveniencia los textos y pasajes de Las Escrituras.

Esos hermanos que así lo hacen son 'EVANGÉLICOS', por la labor de evangelización que realizan, El Señor los bendiga.

¡Jamás olvidaré esa experiencia!

Que tengan bonito día.

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