Un siervo de Dios enfermó de muerte, su cáncer era maligno. Dios había decretado llevárselo. Pero este hombre se aferró a la vida apelando a la misericordia de Dios, y a los años de buen servicio que a Dios había prestado.
Escuchando El Señor su oración, fue movido a misericordia y alargó sus días. El nombre de este hombre: Ezequías.
No importa la enfermedad, si amamos a Dios, podemos venir como Ezequías ante El Trono de la gracia; no a exigir, sino en ruegos y súplicas a implorar Su misericordia. Y Dios, que es misericordioso, puede mover Su mano en favor del enfermo y prolongar sus días.
Esta es la historia:
En aquellos días Ezequías enfermó de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás.
Entonces volvió Ezequías su rostro a la pared, e hizo oración a Jehová, y dijo: Oh Jehová, te ruego que te acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho lo que ha sido agradable delante de tus ojos. Y lloró Ezequías con gran lloro.
Entonces vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo:
Ve y di a Ezequías: Jehová Dios de David tu padre dice así: He oído tu oración, y visto tus lágrimas; he aquí que yo añado a tus días quince años.
Y te libraré a ti y a esta ciudad, de mano del rey de Asiria; y a esta ciudad ampararé.
Y esto te será señal de parte de Jehová, que Jehová hará esto que ha dicho:
He aquí yo haré volver la sombra por los grados que ha descendido con el sol, en el reloj de Acaz, diez grados atrás. Y volvió el sol diez grados atrás, por los cuales había ya descendido. Is 38:1-8
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Escuchando El Señor su oración, fue movido a misericordia y alargó sus días. El nombre de este hombre: Ezequías.
No importa la enfermedad, si amamos a Dios, podemos venir como Ezequías ante El Trono de la gracia; no a exigir, sino en ruegos y súplicas a implorar Su misericordia. Y Dios, que es misericordioso, puede mover Su mano en favor del enfermo y prolongar sus días.
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En aquellos días Ezequías enfermó de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás.
Entonces volvió Ezequías su rostro a la pared, e hizo oración a Jehová, y dijo: Oh Jehová, te ruego que te acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho lo que ha sido agradable delante de tus ojos. Y lloró Ezequías con gran lloro.
Entonces vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo:
Ve y di a Ezequías: Jehová Dios de David tu padre dice así: He oído tu oración, y visto tus lágrimas; he aquí que yo añado a tus días quince años.
Y te libraré a ti y a esta ciudad, de mano del rey de Asiria; y a esta ciudad ampararé.
Y esto te será señal de parte de Jehová, que Jehová hará esto que ha dicho:
He aquí yo haré volver la sombra por los grados que ha descendido con el sol, en el reloj de Acaz, diez grados atrás. Y volvió el sol diez grados atrás, por los cuales había ya descendido. Is 38:1-8
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