Por John Piper.
Si te preguntas, ¿por qué hay tanto nominalismo en las iglesias? Una razón es porque no hemos entendido lo que significa recibir a Cristo:
Aquí tenemos una forma de describir el problema (Estas personas están en peligro, así que examínese):
→ No le reciben como algo valioso y precioso; sino que le reciben como un Perdonador de pecados porque aborrecen no estar libres de culpa, pero no porque aman a Jesús.
→ Le reciben como un Rescatador del infierno, porque no se quieren quemar.
→ Le reciben como un Sanador, porque aman estar libres de enfermedades.
→ Le reciben como Protector, porque aman estar seguros.
→ Le reciben como Dador de prosperidad, porque aman el dinero.
→ Le reciben como "Creador", porque sería mejor tener su propio universo en orden.
→ Le reciben como "el Señor de la historia", porque a causa del orden y del propósito en el universo, la historia es estable.
Ellos no le reciben como algo de Supremo valor personal. Ellos no le reciben como lo más glorioso, lo más hermoso, lo más maravilloso, lo más suficiente que cualquier otra cosa en el universo; y que se encuentra en el Evangelio con mayor claridad.
Ellos no lo valorizan, no lo aprecian, no se deleitan en Él. Ellos lo tratan como una tarjeta que garantiza su entrada al cielo. Firmé la tarjeta, hice la oración, la guardé en mi billetera, ¡está todo bien! Si quieres que te la muestre, aquí está.
¿Amar esto? (la tarjeta), ¿gozarme en esto? ¿disfrutar esto?... Es una tontería, es una tarjeta de membresía; yo solo quiero ir al cielo, nada más.
Me temo que nuestras iglesias están llenas de estas cosas.
Si te preguntas, ¿por qué hay tanto nominalismo en las iglesias? Una razón es porque no hemos entendido lo que significa recibir a Cristo:
Aquí tenemos una forma de describir el problema (Estas personas están en peligro, así que examínese):
→ No le reciben como algo valioso y precioso; sino que le reciben como un Perdonador de pecados porque aborrecen no estar libres de culpa, pero no porque aman a Jesús.
→ Le reciben como un Rescatador del infierno, porque no se quieren quemar.
→ Le reciben como un Sanador, porque aman estar libres de enfermedades.
→ Le reciben como Protector, porque aman estar seguros.
→ Le reciben como Dador de prosperidad, porque aman el dinero.
→ Le reciben como "Creador", porque sería mejor tener su propio universo en orden.
→ Le reciben como "el Señor de la historia", porque a causa del orden y del propósito en el universo, la historia es estable.
Ellos no le reciben como algo de Supremo valor personal. Ellos no le reciben como lo más glorioso, lo más hermoso, lo más maravilloso, lo más suficiente que cualquier otra cosa en el universo; y que se encuentra en el Evangelio con mayor claridad.
Ellos no lo valorizan, no lo aprecian, no se deleitan en Él. Ellos lo tratan como una tarjeta que garantiza su entrada al cielo. Firmé la tarjeta, hice la oración, la guardé en mi billetera, ¡está todo bien! Si quieres que te la muestre, aquí está.
¿Amar esto? (la tarjeta), ¿gozarme en esto? ¿disfrutar esto?... Es una tontería, es una tarjeta de membresía; yo solo quiero ir al cielo, nada más.
Me temo que nuestras iglesias están llenas de estas cosas.