Como la mayoría sabemos, uno de los errores más comunes del creyente, es exponerse al pecado de la fornicación por medio de las tentaciones sexuales, creyéndose auto-suficientes y que todo está bajo control.
Pero, a parte que debemos orar siempre para no caer en tentación (Mt 6:13), también encontramos en La Palabra del Señor, que una forma eficaz que muchos usaron para salir librados de cometer este pecado fue: "Huir". (Gn 39:12).
El pecado de fornicación era duramente castigado en el Antiguo Testamento con pena de muerte (Deut 22:13-21). Pero, aunque parezca cosa de un viejo pacto, por cuanto vivimos en la era de la gracia, la misma pena sigue vigente hoy para el pecador, (Ap 21:8); la diferencia está en la oportunidad de arrepentimiento que Cristo nos da, y que la pena no se ejecuta inmediatamente, sino que será aplicada después a los pecadores: en el día del juicio.
Pero HUIR podría significar:
- No intentar jugar con el pecado exponiéndose a él; más bien, correr lejos evitando las circunstancias, tanto como sea posible.
Quizá también podríamos entenderlo como:
- No coquetear; es decir, no tomar iniciativas que propicien la consumación del mismo. Como ejemplo pudiera ser, no utilizar palabras dulces y amables a la persona del sexo opuesto que nos atrae, sólo para llamar su atención.
Aplicado a los novios pudiera ser como:
- No salir como novios a lugares solos, donde puedan darse las circunstancias para los abrazos, besos y caricias, que luego al excitar los demás sentidos desatan los deseos sexuales y hacen perder el control.
Como adultos en general:
- Evitar encuentros a solas con personas del sexo opuesto; sobre todo, si hay atracción entre sí. No importa si son casados, solteros, viudos, divorciados. Con más razón si son servidores en La Iglesia; pues con las tentaciones no se juega, a ellas hay que HUIRLES.
Recordemos que... Fornicación, es toda unión sexual entre un hombre y una mujer fuera del matrimonio.
Veamos algunos ejemplos en La Biblia:
Lo practicó José:
- «Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y HUYÓ y salió.» (Gn 39:12).
Lo aconsejó el apóstol Pablo a Los Corintios:
- «HUID de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.» (1 Co 6:18).
El consejo del apóstol Pablo a Timoteo:
- «HUYE también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.» (2 Ti 2:22).
En fin, la clave no es enfrentarlo, sino HUIR de él; es la única forma de salir victoriosos. Y recordemos que hay promesa para los que se mantengan firmes a pesar de la tentación:
- «Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.» (Stg 1:12).
¿Entonces?
SOMETÁMONOS a Dios en oración (Mt 26:41) y podremos RESISTIR al diablo (St 4:7) HUYENDO de las tentaciones (2 Ti 2:22); y agarrémonos de la mano del Señor para no caer (Mt 6:13), porque Él mismo lo dijo: "...separados de mí nada podéis hacer." (Jn 15:5).
Recordemos que la oración sigue siendo un arma poderosa para vencer en toda circunstancia:
- «Vosotros, pues, oraréis así: ...Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno.» (Mt 6:9,13).
- «Velad y orad, para que no entréis en tentación...» (Mt 26:41).
Porque orar, es también HUIR de las tentaciones, las cuales hacen caer a muchos en el pecado de fornicación.
¡Que El Señor te bendiga!
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