En cierta ciudad Cristo y sus discípulos fueron rechazados. Por ello, uno le dijo: ¿Qué dices, pedimos juicio para que Dios los consuma en fuego?; pero Cristo los reprendió así:
Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. (Luc 9:56).
Reflexión: Si Cristo no manda su juicio contra nosotros, no es porque seamos buenos, sino por Su misericordia, esperando que todos nos volvamos en arrepentimiento hacia Él. (2 Pe 3:9).
Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. (Luc 9:56).
Reflexión: Si Cristo no manda su juicio contra nosotros, no es porque seamos buenos, sino por Su misericordia, esperando que todos nos volvamos en arrepentimiento hacia Él. (2 Pe 3:9).
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