De interés para cristianos.
Hace algunos días escuché la siguiente conversación entre dos personas que conozco:
"En este país cada día está más terrible, ahora con eso que todo mundo dice ser cristiano y conocer la biblia, cualquiera recita pasajes de La Biblia y los interpreta a su conveniencia; todo mundo anda por ahí disque con la autoridad de Dios exhortando y diciendo verdades a los demás; tal parece que sus conciencia ya no los acusa de pecado, tiran la piedra con tanta frialdad, piedra que ni aún los fariseos de la época del Señor Jesús tuvieron el valor de tirar contra la mujer adúltera; así que don Celio, hay que tener cuidado de no desafiar a nadie con aquella frase que Cristo dijo: el que de vosotros esté libre de pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella (Juan 8:7) porque le aseguro que le va a llover, y no será agua. Todos dicen tener la razón con la biblia en la mano, ya ni la conciencia les remuerde; y si a usted se le ocurre decir: el que esté libre de pecado tire la primera piedra, esté preparado porque no serán piedras, sino peñazcos los que le van a caer."
El párrafo anterior no es un poema, tampoco un extracto de telenovela recortado de alguna revista por ahí, es una conversación entre personas no cristianas de la vida real en El Salvador; y es que las personas tienen toda la razón, están cansadas de que les "filosofen" sobre cuestiones de un tal Jesús que las ama, pero que si no se arrepienten las enviará al infierno; el problema no está en las personas que desean encontrar respuesta a su problema o enfermedad en ese Dios de poder que decimos predicar, tampoco el problema está en el evangelio de Cristo, el problema somos los que decimos ser seguidores de ese Cristo de poder, de amor y de misericordia; el problema está en los que decimos ser hijos de luz, pues, al no vivir conforme a La Palabra de Dios, venimos a ser piedra de tropiezo, por la cual estas personas no quieren saber nada del evangelio, y con justa razón; y hacemos que La Palabra de Dios sea blasfemada (Tito 2:5)
Vivimos en la era de la alta tecnología, y pareciera que nos hubieran implantado el chip de juez, nos fascina andar juzgando a medio mundo, logrando con ello desviar la atención de las personas a manera de cortina de humo para que no miren nuestros errores, olvidando además, que cuando nuestro dedo señala hacia nuestro prójimo, cuatro se encargan de señalarnos a nosotros.
Da tristeza ver escenas como estas, pero, mientras no haya una conciencia plena de lo que en verdad significa ser un cristiano, mientras sigamos pensando que ser cristiano se limita a estar encerrados en un local de cuatro paredes para celebrar nuestros servicios de adoración a Dios, o tener un blog para disque "señalar los errores de las iglesias"; mientras no seamos consecuentes con una vida que refleje el amor de Cristo hacia los demás, nuestras ciudades estarán llenas de iglesias, pero no de paz, habrán más denominaciones cristianas evangélicas pero igual, más divisiones y rivalidades. Habrán campañas y eventos evangelísticos, pero igual, también habrá creyentes disputándose a los nuevos conversos para llevarlos a su iglesia y ser la denominación más grande en la ciudad y el país. Aunque saturemos los servidores de internet con videos y audios mp3 de predicaciones y alabanzas evangelísticas, siempre habrán amadores de si mismos, jactanciosos y arrogantes vanagloriosos queriendo siempre ser protagonistas en todo tipo de temas que despierten el interés de las demás personas aunque sean temas hojarasca.
Hablemos menos, hagamos más, seamos servidores, no nos hagamos maestros a nosotros mismos sabiendo que traeremos mayor condenación (Santiago 3:1).
En lugar de jactarnos de tener más visitas o ser la más grande congregación, en lugar de esperar que nos hagan alfombra de flores y ser admirados por los demás, más bien deberíamos rasgar nuestras vestiduras y sobre ceniza como lo hicieron los hombres de Dios del ayer proclamar ayuno y oración, para que un verdadero avivamiento venga sobre nuestra nación. En lugar de desear ser los primeros, los más populares o los mejores, deberíamos decir como Juan El Bautista: "Es necesario que yo mengue, y que Él crezca (Juan 3:30).
¡Que Dios le bendiga!
http://stanleygomez.blogspot.com
"En este país cada día está más terrible, ahora con eso que todo mundo dice ser cristiano y conocer la biblia, cualquiera recita pasajes de La Biblia y los interpreta a su conveniencia; todo mundo anda por ahí disque con la autoridad de Dios exhortando y diciendo verdades a los demás; tal parece que sus conciencia ya no los acusa de pecado, tiran la piedra con tanta frialdad, piedra que ni aún los fariseos de la época del Señor Jesús tuvieron el valor de tirar contra la mujer adúltera; así que don Celio, hay que tener cuidado de no desafiar a nadie con aquella frase que Cristo dijo: el que de vosotros esté libre de pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella (Juan 8:7) porque le aseguro que le va a llover, y no será agua. Todos dicen tener la razón con la biblia en la mano, ya ni la conciencia les remuerde; y si a usted se le ocurre decir: el que esté libre de pecado tire la primera piedra, esté preparado porque no serán piedras, sino peñazcos los que le van a caer."
El párrafo anterior no es un poema, tampoco un extracto de telenovela recortado de alguna revista por ahí, es una conversación entre personas no cristianas de la vida real en El Salvador; y es que las personas tienen toda la razón, están cansadas de que les "filosofen" sobre cuestiones de un tal Jesús que las ama, pero que si no se arrepienten las enviará al infierno; el problema no está en las personas que desean encontrar respuesta a su problema o enfermedad en ese Dios de poder que decimos predicar, tampoco el problema está en el evangelio de Cristo, el problema somos los que decimos ser seguidores de ese Cristo de poder, de amor y de misericordia; el problema está en los que decimos ser hijos de luz, pues, al no vivir conforme a La Palabra de Dios, venimos a ser piedra de tropiezo, por la cual estas personas no quieren saber nada del evangelio, y con justa razón; y hacemos que La Palabra de Dios sea blasfemada (Tito 2:5)
Vivimos en la era de la alta tecnología, y pareciera que nos hubieran implantado el chip de juez, nos fascina andar juzgando a medio mundo, logrando con ello desviar la atención de las personas a manera de cortina de humo para que no miren nuestros errores, olvidando además, que cuando nuestro dedo señala hacia nuestro prójimo, cuatro se encargan de señalarnos a nosotros.
Da tristeza ver escenas como estas, pero, mientras no haya una conciencia plena de lo que en verdad significa ser un cristiano, mientras sigamos pensando que ser cristiano se limita a estar encerrados en un local de cuatro paredes para celebrar nuestros servicios de adoración a Dios, o tener un blog para disque "señalar los errores de las iglesias"; mientras no seamos consecuentes con una vida que refleje el amor de Cristo hacia los demás, nuestras ciudades estarán llenas de iglesias, pero no de paz, habrán más denominaciones cristianas evangélicas pero igual, más divisiones y rivalidades. Habrán campañas y eventos evangelísticos, pero igual, también habrá creyentes disputándose a los nuevos conversos para llevarlos a su iglesia y ser la denominación más grande en la ciudad y el país. Aunque saturemos los servidores de internet con videos y audios mp3 de predicaciones y alabanzas evangelísticas, siempre habrán amadores de si mismos, jactanciosos y arrogantes vanagloriosos queriendo siempre ser protagonistas en todo tipo de temas que despierten el interés de las demás personas aunque sean temas hojarasca.
Hablemos menos, hagamos más, seamos servidores, no nos hagamos maestros a nosotros mismos sabiendo que traeremos mayor condenación (Santiago 3:1).
En lugar de jactarnos de tener más visitas o ser la más grande congregación, en lugar de esperar que nos hagan alfombra de flores y ser admirados por los demás, más bien deberíamos rasgar nuestras vestiduras y sobre ceniza como lo hicieron los hombres de Dios del ayer proclamar ayuno y oración, para que un verdadero avivamiento venga sobre nuestra nación. En lugar de desear ser los primeros, los más populares o los mejores, deberíamos decir como Juan El Bautista: "Es necesario que yo mengue, y que Él crezca (Juan 3:30).
¡Si alguno está libre de pecado, ... No tire piedras por favor, ya suficientes nos han tirado hasta hoy!
¡Que Dios le bendiga!
3 comentarios:
Hermano Stanley, es realmente bueno encontrar comentarios que refresquen el alma .... duele encontrarse con la verdad .... pero esa es la forma de aprender como vivir El Reino .... "El que quiera ser el primero, debe servir a los demás"
Muchas gracias hermano....
Gracias a ud. Mario por comentar. Dios le bendiga.
Es increíble que se den estas situaciones, pero lamentablemente estamos creyendo que somos capaces de juzgar a los demás !vamos miremos nuestros corazones primero!
Publicar un comentario