La humildad de un ministro del evangelio.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Un reconocido hombre de Dios fue entrevistado y confrontado en una cadena de televisión no cristiana. En la entrevista le preguntaron: ¿Pero cómo un hombre de Dios de su calibre pudo equivocarse en esto tan delicado? Hacía algún tiempo él había utilizado un material para su iglesia que tuvo sus orígenes en el satanismo.

Ante esta pregunta, el entrevistado respondió con humildad: Reconozco que en verdad me equivoqué, el hecho que sea un hijo de Dios no quita que pueda equivocarme; pero también ya corregí el error, y eso es lo importante para mí.

Puedo destacar tres cosas de esta entrevista:

La primera es que, por muy ungido que un siervo de Dios pueda ser, podría equivocarse algún día.

Segundo, en el caso particular, este hombre de Dios tuvo la humildad de reconocer y corregir su error, y eso es importante; pues muchas veces eso no sucede cuando el pecado es señalado en muchos siervos de Dios hoy en día.

Y tercero, como creyentes debemos tambien aceptar que nuestros ministros pueden tarde o temprano cometer errores. Y debemos no ser implacables con las demás personas cuando éstas se equivocan. Sobre todo tratándose de nuestros pastores.

En La Biblia hay muchos casos de hombres de Dios que se equivocaron, por citar algunos:

Adán, siendo hijo de Dios nunca se imaginó que su decisión equivocada afectaría a todas las generaciones. Sin embargo, la promesa de Dios fue firme que un día vendría El Redentor. (Génesis)

Elías, siendo el ungido de Dios, un día en su desesperación llegó a clamar la muerte cuando Dios tenía otros planes para él (1 Reyes)

Saúl, el rey de Israel, habiendo sido ungido por El Señor y hasta profeta, llegó al punto de asesinar a los sacerdotes de Dios por envidia de David, y hasta consultar a una adivina. Sólo que en el caso de Saúl no hubo reparo.

David, siendo el ungido conforme al corazón de Dios, por causa de la codicia y dar rienda suelta a sus pasiones, no sólo cometió adulterio, sino que además mandó a asesinar a uno de sus mejores soldados.

Salomón, ungido por El Señor y el más sabio de entre los hombres conocidos. Este también erró yendo tras los ídolos paganos por causa de sus mujeres, cuando El Señor se lo había prohibido.

Apóstol Pedro, habiendo sido uno de los escogidos, negó al Señor la noche que capturaron a su Maestro.

Apóstol Pablo, armó tremenda disputa con Bernabé por causa de Marcos. Se cree que este Marcos fue el escritor del evangelio que lleva su nombre. Esto por citar sólo a los más conocidos, pero hay muchos más.

¡Que Dios les bendiga!
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