—¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí! —gritó el ciego.
—¿Qué quieres que haga por ti?
—Señor, quiero ver.
—¡Recibe la vista! —le dijo Jesús—. Tu fe te ha sanado.
1 Debemos saber a quién pedir;
2 Hay que dejar atrás la capa vieja: el orgullo;
3 Pedir con fe;
3 Insistir, aunque otros traten de bloquearte;
4 Pedir con humildad, con reverencia;
5 Hay que ser específicos en lo que se pide;
6 Debemos ser agradecidos;
7 Debemos alabar y seguir al Rey.
Muchos, lamentablemente, luego de recibir el milagro no damos ni las gracias, ya no se diga servirle.
"Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre." —Cristo. ( Mateo 7:8).
—¿Qué quieres que haga por ti?
—Señor, quiero ver.
—¡Recibe la vista! —le dijo Jesús—. Tu fe te ha sanado.
(Lucas 18:35-43).
De este diálogo seguro podemos aprender muchas cosas: 1 Debemos saber a quién pedir;
2 Hay que dejar atrás la capa vieja: el orgullo;
3 Pedir con fe;
3 Insistir, aunque otros traten de bloquearte;
4 Pedir con humildad, con reverencia;
5 Hay que ser específicos en lo que se pide;
6 Debemos ser agradecidos;
7 Debemos alabar y seguir al Rey.
Muchos, lamentablemente, luego de recibir el milagro no damos ni las gracias, ya no se diga servirle.
"Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre." —Cristo. ( Mateo 7:8).